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Miniturismo en la costa argentina

Entre San Clemente y Miramar, al menos una veintena de balnearios invitan a disfrutar del mar “a medida”. La “panza” de la provincia de Buenos Aires tiene lugar para todos, sean grandes, chicos, fashionistas o neohippies.

¿Qué tienen en común un complejo termal de aguas marinas, un bosque de pinos junto al Atlántico, un conjunto de médanos que se extienden hasta tapar el horizonte y una ciudad donde las torres invitan a mirar el mar desde lo alto? Todos están en la franja de 255 kilómetros que separa San Clemente de Miramar, ese territorio jalonado de balnearios que nacieron con distinto ADN.

Desde la Mar del Plata que fue la “Biarritz de Sudamérica” hasta la juvenil Villa Gesell, estos destinos de la costa argentina fueron adquiriendo una identidad definida con el correr de las décadas.

Hoy alcanza un fin de semana largo para saltar de uno a otro, armando un menú personalizado a la medida de cada visitante. Un abanico de propuestas para disfrutar según tres perfiles muy distintos.

DATOS. Información útil para una escapada a la costa argentina.

Familias con chicos

En San Clemente del Tuyú se encuentran Mundo Marino -el oceanario que fascina a los chicos con sus orcas, delfines y lobos marinos- y las aledañas termas marinas, con piletas de distintas temperaturas (incluyendo una con olas) más juegos acuáticos infantiles.

En la otra punta, Miramar tiene anchas playas de arena –más concurridas en el centro y más tranquilas al norte y al sur- y una bicisenda que se extiende a lo largo de 15 kilómetros de costa. El vivero dunícola Florentino Ameghino, con su famoso "bosque energético", brinda un reparo fresco a la sombra, incluso en las horas de más calor, y el museo municipal Punta Hermengo es una invitación a descubrir el pasado de la región, incluyendo a los extinguidos tigres dientes de sable, cuyas huellas fueron encontradas en Miramar. Entre un extremo y otro, a los chicos les encanta la réplica de la nao Santa María de Colón en Santa Teresita; el lago y la granja de Costa del Este; el laberinto de Las Toninas; el aquarium de Mar del Plata y los paseos a caballo en Pinamar.

Grupos de adolescentes

Hay vida más allá de las discotecas que en el verano convocan a los más jóvenes para sus primeras salidas nocturnas. Solo es necesario levantarse a tiempo para disfrutar de las clases de surf en el parador Peche de Miramar y el stand-up paddle de playa Varese, en Mar del Plata. También se puede probar el gusto del deporte motor en el Karting Interlagos de Mar del Plata o animarse a bajar por la arena haciendo sandboard en los médanos de Pinamar.

Para salir un rato de la playa, pero no alejarse del agua, los toboganes y juegos de Aquopolis –cerca de Mar del Plata- son ideales para una salida grupal. Por lo demás, los adolescentes son los reyes de la playa, y las mejores de la costa atlántica para prolongar la tarde en charlas de mate hasta que se pone el sol están en Costa del Este, Ostende, Mar de las Pampas y pasando el faro de Mar del Plata.

Parejas

Para una escapada romántica, entre Cariló y Mar de las Pampas están algunos de los mejores hoteles con spa de la zona. Algunos se encuentran sumergidos en el bosque para gozar de tranquilidad y naturaleza a toda hora. Al atardecer, las playas más apartadas de Cariló y Pinamar invitan a una cabalgata a orillas del mar, mientras las parejas gourmet se tientan con la cocina de autor de los restaurantes de Mar de las Pampas y las delicias dulces de las casas de té de Villa Gesell, de tradición centroeuropea.

Los más aventureros, por su parte, pueden elegir excursiones en 4x4 al faro Querandí de Villa Gesell, mientras los amantes del arte tienen su meca en el Museo de Arte Contemporáneo (MAR) de Mar del Plata, con su ya famoso lobo marino revestido en metal, una fantástica obra de Marta Minujin.