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Las ballenas celebran su día

Hoy es el “día de la ballena franca”, en homenaje a un ejemplar de ellas que en 2002 se enredó en las cadenas de fondeo de un catamarán y, luego de ingentes esfuerzos, fue liberada y devuelta al mar. Avistaje en Puerto Pirámides.

Un viejo refrán expresa: "martes 13, no te cases ni te embarques". Como nos gusta ir en contra de la corriente, decidimos el pasado martes 13 realizar el avistaje de ballenas en el lugar donde se dan cita estos cetáceos, Puerto Pirámides, en la Península Valdés.

Ubicado en la provincia de Chubut, a 120 kilómetros de Puerto Madryn, está Puerto Pirámides, una población de 400 habitantes que desde fines de mayo a diciembre reciben la agradable visita de las ballenas.

El "Bicho" (como cariñosamente le llaman) es un ícono dentro de la fauna marina y pese a que se inventaron mil historias en torno a su carácter, es un animal pacífico y franco. Justamente, la especie que visita Puerto Pirámides es la ballena franca.

El avistaje no pudo ser mejor. Vimos ballenas en cantidad y calidad y hasta un ejemplar blanco, cuya coloración se debe a la poca pigmentación de su piel. No es fácil encontrar este tipo de ballenas, pero se notó que era un día ideal ya que varias se dieron el lujo de pasar al lado y por debajo de nuestra embarcación.

Las ballenas adultas tienen 14 metros de largo y pesan 50 toneladas; el período de gestación dura un año y tienen sólo una cría por vez. Se estima que alrededor de 6.000 ballenas francas visitan la Península Valdés todas las temporadas. Justamente esta península es el área natural declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1999.

Día de la ballena. Hoy, 25 de septiembre, es el Día de la Ballena Franca, en homenaje a un cetáceo que se enredó en las cadenas de fondeo de un catamarán en el 2002 y fue salvada.

Los guías y buzos fueron los primeros en auxiliarla y como no podían acceder a las cadenas en el agua, decidieron vararla en la costa para luego poder liberarla durante la bajamar. Así, la ballena pudo retornar a su hábitat natural, el océano.

Tras el avistaje de las ballenas, pudimos observar en otra zona de la Península Valdés la llegada de los primeros elefantes marinos y pingüinos, que en septiembre visitan esta parte del país.

Los elefantes son verdaderas moles a las que les cuesta mucho moverse en tierra firme, por eso se la pasan tomando sol en la costa de Chubut, que es la zona más protegida debido a su biodiversidad de especies.

Mientras que, los pingüinos eligen Punta Tombo (ubicada muy cerca de Rawson, la capital de la provincia), aunque en la zona de la península también se puede apreciar esta simpática especie.

Hay que destacar el cuidadoso trabajo de los guardafaunas y los prestadores del servicio. Sin duda el turismo masivo y sin control puede afectar cualquier especie animal, de ahí su esmero y dedicación.

Con el paisaje imponente de Puerto Pirámides, el paseo de ocho horas fue un himno a la naturaleza. Y pensar que muchos argentinos no conocen esta hermosa región del país, que sí es visitada por gran cantidad de turistas extranjeros y los que, por culpa de las cenizas, han visto postergados o suspendidos sus vuelos, hecho que causó una enorme pérdida de ingresos al sector.

Como una paradoja de la vida estas cenizas han perjudicado a la industria sin chimeneas, aunque lentamente los vuelos se hayan ido normalizando.

El té en Gaiman. Gaiman es una población con mayoría de galeses, ubicada a 16 kilómetros de Trelew. Visitar la casa de té donde estuvo Lady Di (la princesa Diana) es una tentación irresistible, no sólo por el lugar sino también por la exquisitez de sus tortas. Miguel Ángel Mirantes, su propietario, es un español que tuvo la visión de abrir en 1995 ese lugar, que visitan turistas de todas partes del mundo.

Desde la llegada de los galeses a esas tierras, la tradición de tomar té fue difundiéndose en esa parte del país. La princesa estuvo dos horas en la Casa de Té, en lo que configuró la primera visita de un representante de la realeza a ese pintoresco lugar.

Museo Paleontológico. En Trelew se encuentra el Museo Paleontológico Egidio Feruglio, una de las instituciones científico museísticas más importantes de la Argentina. Su misión es difundir los conocimientos científicos proponiendo un viaje que recorre la historia mundial de nuestro planeta.

Argentina es muy rica en restos de dinosaurios, que permiten reconstruir etapas fundamentales de la historia. En la Patagonia hay dos componentes particulares: la continua erosión que pone al descubierto antiguas capas de sedimentos marinos y continentales y un sustrato geológico rico y variado, que han permitido desarrollar investigaciones paleontológicas desde comienzos del siglo pasado.

La historia de los dinosaurios comenzó hace unos 230 millones de años, a mediados del período Triásico, en un escenario muy distinto al actual. Y en el museo se puede revivir la historia del universo y, en particular, de los dinosaurios, con reconstrucciones realmente admirables.

Playa Unión. En Rawson, capital de Chubut, está Playa Unión, bañada por el océano Atlántico y con arenas y piedras de canto rodado.

En verano las playas están colmadas y se destaca la excelente gastronomía del lugar.

Entre los restaurantes, sobresale Marcelino, situado en el puerto de Rawson, a continuación de Playa Unión. Este lugar se destaca por una variedad de mariscos, frutos de mar, pescados y otros platos tradicionales.

Si le gusta el pescado, un plato para recomendar es el abadejo con salsa de panceta ahumada. Una exquisitez.

Lo que hay que saber

Cómo llegar. Se accede por la ruta nacional 3 y la provincial 2, de asfalto. Se abona $ 20 para turistas argentinos y $ 40 para los extranjeros, en el puesto de control "El Desempeño". Tras recorrer 20 kilómetros, está el Centro de Interpretación Istmo Ameghino. Luego hay que recorrer 27 kilómetros para llegar a Puerto Pirámides. Una excursión desde Puerto Madryn hasta Puerto Pirámides cuesta alrededor de $ 300, de acuerdo a los recorridos que se quieran realizar. Si para el bolsillo es mucho, la opción es realizar 17 kilómetros desde Puerto Madryn hasta un paraje denominado El Doradillo, donde casi siempre las ballenas hacen una visita.