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Laguna Iberá: el lado salvaje de Corrientes

Una visita al portal Laguna Iberá, en los increíbles Esteros del Iberá de Corrientes. (Foto: Daniel Santos)
Una visita al portal Laguna Iberá, en los increíbles Esteros del Iberá de Corrientes. (Foto: Daniel Santos)

Iberá es la segunda laguna en extensión de toda la zona, y cuenta con una diversidad de especies que conviven con las visitas controladas. Excursiones para hacer en Carlos Pellegrini.

No es fácil llegar al portal Laguna Iberá, uno de los accesos a este encantador refugio salvaje correntino. Quizás allí resida parte del encanto: si fuera tan accesible, el tránsito de visitantes sería mucho mayor al recomendable para una reserva natural de estas características singulares.

Desde Mercedes, la ciudad donde está el santuario del Gauchito Gil, son 120 kilómetros de recorrido, y 40 de un ripio incómodo para autos normales. Por eso va la gente “suficiente”, que permita sostener el equilibrio justo.

Una visita al portal Laguna Iberá, en los increíbles Esteros del Iberá de Corrientes. (Foto: Daniel Santos)
Una visita al portal Laguna Iberá, en los increíbles Esteros del Iberá de Corrientes. (Foto: Daniel Santos)

“No queremos ser Iguazú”, comentan algunos lugareños. “Si a las Cataratas las ven 1.000 personas o 10.000, nada cambia. Si eso pasa acá, todo será distinto”, resumen.

La aventura empieza en el camino

Hasta el pueblo de Carlos Pellegrini, que es como un gran tablero de ajedrez de ocho por ocho cuadras, el camino regala carpinchos en los charcos de lodo junto a la ruta, ñandúes, ciervos del pantano, variedad de aves coloridas o simpáticas.

La dureza de la ruta prepara a quien viaja: ya empezó el camino natural, y ya es posible detenerse a tomar una fotografía o grabar un video, sorprenderse con las lagunillas si la lluvia reciente fue abundante. No es el caso de este viaje, con una sequía histórica y nuevos incendios cercanos, en este caso al otro lado de la laguna Iberá: aunque el fuego está encendido 60 o 70 kilómetros más allá, el humo tiñe de este lado el atardecer de un gris pálido o un marrón tenue (depende del sol).

Una visita al portal Laguna Iberá, en los increíbles Esteros del Iberá de Corrientes. (Foto: Daniel Santos)
Una visita al portal Laguna Iberá, en los increíbles Esteros del Iberá de Corrientes. (Foto: Daniel Santos)

Asfaltar o no asfaltar la ruta divide las aguas, pero hay una idea general de mantener el lugar lo más parecido a como fue siempre, creciendo en servicios turísticos pero sin soñar con una gran cadena hotelera que rompa el entorno.

Hay posadas, lodges, hosterías, con buenos servicios y una atención siempre amable, desde el dueño al peón. Los alojamientos pioneros tienen 25 años o un poco más, pero ahora el número creció a varias decenas, y con opciones de precios variadas. Carlos Pellegrini luce encantadora, con sus calles de tierra, sus farolitos que iluminan simétricamente los caminos, pero no es el pueblo el que invita sino la laguna.

A pesar de que todos lamentan la sequía histórica, que corrió la costa de la laguna varios metros hacia adentro, con muelles inutilizables hasta que llueva más, la actitud es siempre positiva,

Una visita al portal Laguna Iberá, en los increíbles Esteros del Iberá de Corrientes. (Foto: Daniel Santos)
Una visita al portal Laguna Iberá, en los increíbles Esteros del Iberá de Corrientes. (Foto: Daniel Santos)

Oferta completa

La oferta gastronómica es variada, pero lo más común es contratar servicios completos en hosterías y posadas, con excursiones y todo. La oferta sino se reduce a un par de cafeterías y comedores.

El centro de atención del Portal Iberá, el parque provincial, es un buen primer paso para quien llega sin más: ahí se puede saber cuáles alojamientos están disponibles, qué excursiones hacer y cuáles son los prestadores habilitados, o aprovechar los senderos del lugar, la gran pasarela con vista a la laguna o el centro de interpretación, atractivo para chicos y grandes que buscan saber un poco más.

En lancha o kayak por la laguna Iberá

El primer plan es salir en lancha por la laguna, pasar bajo el “pedraplén” (es un terraplén hecho de piedras que se armó para unir al pueblo con un puente transitorio que quedó), y empezar a disfrutar. Entre las plantas acuáticas ya se ven los ojos de los primeros yacarés. Están a pocos metros, asomados, pero no para atacar. Y después, agua adentro, el camino regala otras experiencias, que cambian según cambia la hora y la posición del sol o de las especies.

Una visita al portal Laguna Iberá, en los increíbles Esteros del Iberá de Corrientes. (Foto: Daniel Santos)
Una visita al portal Laguna Iberá, en los increíbles Esteros del Iberá de Corrientes. (Foto: Daniel Santos)

Garzas, chajás, carpinchos, ciervos de los pantanos, aves de diversos colores y graznidos, conviven juntos. Los yacarés caminan lento por las orillas, pero tienen la panza llena de palometas (especie de pirañas): la mayoría están como petrificados, con la boca abierta. “Así regulan la temperatura de su cuerpo”, dice el guía, que cuenta los secretos de las especies.

Hay lanchas que van alternando el motor con los palos, depende de cuánto silencio haya que mantener para captar el momento. El silencio es clave, aunque es un silencio ruidoso. Nunca hay nada del todo quieto: siempre se mueve algo, siempre.

Una visita al portal Laguna Iberá, en los increíbles Esteros del Iberá de Corrientes. (Foto: Daniel Santos)
Una visita al portal Laguna Iberá, en los increíbles Esteros del Iberá de Corrientes. (Foto: Daniel Santos)

Otra opción a la excursión náutica en lancha es salir al amanecer en kayak. Los animales son los mismos, pero no es igual el mover uno mismo la embarcación, acercarse un poco a gusto (siempre con las recomendaciones previas) a cualquier objetivo.

Agua resplandeciente

En una visita al Parque Laguna Iberá se puede hacer trekking, como recorrer sus senderos de diversa extensión, avistaje de aves, cabalgatas o safaris. Y hay programas de Luna llena que, imaginamos, son inigualables.

Una visita al portal Laguna Iberá, en los increíbles Esteros del Iberá de Corrientes. (Foto: Daniel Santos)
Una visita al portal Laguna Iberá, en los increíbles Esteros del Iberá de Corrientes. (Foto: Daniel Santos)

Iberá recibe su nombre del guaraní Yvera, que significa “agua resplandeciente”. Las islas por las que se navega son flotantes, formadas por un entramado de vegetación acuática que se va sedimentando y permite la colonización de las especies terrestres. Por eso el paisaje cambia, porque se mueven, porque nunca es igual. Todo es salvaje, incontrolable. Y eso es parte del encanto.