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La increíble historia del "alerce abuelo", a la espera de los visitantes

El parque nacional celebra tres años desde que fue elegido patrimonio mundial por la Unesco. Es uno de los tres que abrió con protocolos de seguridad. 

En el Parque Nacional Los Alerces existe la conífera más grande y longeva del bosque andino patagónico, y es una de las especies más antiguas del mundo.

La existencia del "alerce abuelo" sorprende dentro de un parque milenario. Estas especies pueden alcanzar los 50 metros de altura y 5 metros de diámetro y vivir hasta casi los 4.000 años.

La vida del árbol atravesó la historia de la humanidad, y en el Parque le dedicaron un video con una cronología de los principales hechos mundiales que sucedieron desde que nació.

El parque nacional, que el miércoles 8 de julio celebrará los tres años desde que fue declarado sitio de patrimonio natural por la Unesco, es uno de los tres parques que reabrieron al turismo con un protocolo establecido desde el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, junto al Lanín y el Nahuel Huapi.

La distinción fue otorgada el 8 de julio de 2017 en la 41ª sesión de ese organismo, estuvo basada en el bosque milenario con valor universal excepcional que alberga el Parque, por ser el alerce la segunda especie viviente más longeva del planeta (después del pino longevo), y en la particular belleza natural del entorno.

Los vecinos de las localidades de Esquel, Cholila y Trevelin, pueden ya disfrutar de algunos paseos en las playas y miradores de los lagos y bosques de la Patagonia andina.

Por primera vez fue habilitada la pesca durante todo el año, exclusivamente en el lago Futalaufquen, así como el senderismo de baja y mediana dificultad, el buceo y las áreas de campamento para uso diurno, entre otras actividades.

Todos los sanitarios permanecen cerrados y cada visitante debe retornar con sus residuos, de cualquier tipo, al abandonar el parque, conforme lo establecen los protocolos.

El intendente de Los Alerces, Ariel Rodríguez, dijo que "el turismo internacional busca los sitios de Patrimonio Mundial porque entiende los esfuerzos que implican estas declaratorias y pone en valor estas conservaciones", en una mirada hacia los viajeros pospandemia.

El funcionario destacó el trabajo mancomunado con las localidades vecinas para “desarrollar el turismo como eje principal de recurso laboral, cuidando el ambiente”, y aseguró que “la declaratoria de Sitio de Patrimonio Mundial es una herramienta de preservación de la biodiversidad y también de gestión para la gente de la región”.

Ecosistema 

Una característica distintiva del Parque Nacional Los Alerces radica en que es una pieza clave y fundamental para conservar los ecosistemas boscosos de la porción más austral y oriental de los Bosques Templados Valdivianos, una ecorregión considerada por los científicos como prioritaria y sobresaliente para la conservación a escala mundial.

El área declarada Sitio Patrimonio Mundial comprende 188.379 hectáreas del Parque Nacional Los Alerces, de las cuales más de 7.000 protegen bosques milenarios de alerces, la especie más alta del Cono Sur latinoamericano, con ejemplares que alcanzan los 2.600 años de existencia.

El área protegida alberga otras especies amenazadas, como el huemul, en un entorno de imponentes montañas con hielos y nieves eternas que conmueven los sentidos y manifiestan una majestuosa naturaleza.

Los Alerces se encuentra en el noroeste del Chubut, a 50 kilómetros de la ciudad de Esquel y a 25 de Trevelin, sobre el límite con Chile, y forma parte de la Reserva de Biosfera Andino Norpatagónica (declarada por Unesco).

Esta reserva están también integrada por los parques nacionales Lago Puelo, Nahuel Huapi, Los Arrayanes y Lanín y por territorios provinciales de Río Negro y Chubut.

El centro operativo y la sede administrativa del parque se encuentran en Villa Futalaufquen, donde se puede recorrer el Centro de Visitantes y una serie de senderos de baja dificultad para conocer los alrededores.

A unos cinco kilómetros de allí, se accede a Puerto Limonao y a la histórica hostería Futalaufquen, construida en 1944 por el arquitecto Alejandro Bustillo.

En marzo de 2017 se finalizaron obras sustentables en el emblemático Alerzal, que incluyeron la renovación total del histórico circuito, con nuevos puntos de observación, áreas de descanso y refugio para el visitante, lo que mejoró tanto la calidad como la accesibilidad de la experiencia y potenció el mensaje para generar conciencia ambiental.

Este recorrido exclusivamente pedestre de dos kilómetros por la Selva Valdiviana ofrece un sistema de información que incluye 12 grandes paneles interpretativos que destacan la importancia de conservar la biodiversidad, las características especiales de este ambiente y la función de los parques nacionales.