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Helado de vino, helado de tuna: sinónimo de Cafayate

La Heladería Miranda inventó el helado de vino hace más de 25 años, y luego la fórmula fue copiada en todas partes. Mirta Delia Bonomi, viuda de Miranda, recuerda la historia.

Casi 30 años atrás, el artista plástico Ricardo Miranda decidió hacer arte con algo más que sus pinturas. Lo hizo con el helado, en una Cafayate que aún no había explotado turísticamente.

¿Cómo se hace arte con helado? La creatividad de don Miranda lo llevó a probar diversas variantes de sabores con el torrontés, clásica cepa salteña, y tras dos años de pruebas y errores dio origen al primero de los helados de vino.

Hoy, en casi todas las provincias tienen su propia versión, aunque desde Heladería Miranda no sólo son los originales creadores, sino que también aseguran distinguirse sin ningún producto preelaborado.

En el lugar en el que funcionó la galería de arte que Ricardo Miranda y su esposa Mirta Delia Bonomi inauguraron en 1979, nació en 1992 la Heladería Miranda, que todavía hoy es una referencia en la ciudad, sostenida por ella y sus hijos.

Hace 12 años, Miranda falleció antes de inaugurar una gran exposición en San Pablo, Brasil, y su esposa e hijos continuaron con el emprendimiento.

“Mi esposo no era heladero, ni yo tampoco. Él era artista plástico, y este lugar era una galería de arte. La que quiso poner la heladería fui yo, pero el creativo era él”, recuerda Mirta, que tardó dos años en convencerlo.

Sabores naturales

Aunque ser los creadores del helado de vino, como reza el cartel en el exterior, es lo que más llama la atención, Mirta se encarga de aclarar: “No sólo el helado de vino es único en nuestra heladería. Hacemos helado de tuna, helado de mango, de melón... todos con frutas naturales”.

Por supuesto que tienen otros sabores, pero esto los distingue del resto, aunque todas las heladerías de Cafayate hacen sus propios helados de vino. “El 98 por ciento es hecho con productos preelaborados, nosotros no usamos nada de eso, es todo natural natural”.

“Hacemos de torrontés y cabernet. En la época que mi marido creó el vino, era difícil conseguir un cabernet bueno, hoy hay más vinos tintos. Cafayate es la tierra del torrontés, pero podemos hacer helado con cualquiera”, detalla Mirta.

Actualmente, sólo realizan los helados de torrontés y cabernet, que Miranda siempre consideró suficientes.

Mirta asegura que su marido no dejó de pintar, a pesar del éxito de la heladería. “En toda su vida, él vivió de su profesión. Fue un gran artista. Cuando falleció, estaba por hacer una gran exposición en Brasil, y nos dejó una enorme obra inédita que todavía no hemos mostrado”.

Ambos se radicaron en Cafayate “cuando tenía sólo 1.500 habitantes, y había poco turismo, acorde a la población y a los hoteles que había entonces. No vinimos a hacer negocios. En 1979 inauguramos la galería de arte, donde luego pusimos la heladería”, recuerda.

Versos al helado

Yuyo Montes, uno de los grandes letristas del folklore moderno, le escribió unos versos a Miranda, que están incluidos en la carta del lugar. "Un helado de Miranda / puede ser de torrontés / y si no me está creyendo / pruebe... y me cuenta después".

Entre las estrofas finales, dice: "Los helados de Miranda / se parecen al querer: / siempre tienen "gusto a poco" / por eso me hacen volver".