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Gomones, chapuzones y carcajadas en Mendoza

Para tener en cuenta. Después de un rápido, siempre viene un remanso.
Para tener en cuenta. Después de un rápido, siempre viene un remanso.

La geografía de Mendoza es ideal para practicar rafting, guiados por los saltos y los rápidos. El río Atuel permite experimentar diversas travesías en familia. 

Escrito con tinta de colores y signos de admiración el descenso por corrientes de agua con rápidos, saltos y remansos debe figurar en nuestra agenda de visita a la provincia de Mendoza. Una experiencia en la que, seguramente, nuestras fotos no serán las más glamorosas pero evidenciarán la adrenalina y la alegría que provoca este tipo de aventuras.

María Teresa “Matty” Santillán es propietaria de una empresa de turismo aventura mendocina y profesora de educación física. Según ella, “en Mendoza, el rafting comenzó en Valle Grande en los años ´80 con quien fue propulsor del turismo en el lugar, el señor “Tico” Ruso. Él abrió la primera empresa de turismo aventura llamada Guayantú (“Reino del sol” en mapuche)”. Actualmente, algunos de los guías de aquella empresa pionera tienen sus propios emprendimientos en el lugar. Hoy, operan alrededor de 18 firmas.

INFO ÚTIL. Requisitos y datos a tener en cuenta para hacer rafting 

Este deporte permite descender el río de montaña con aguas de deshielo en gomones inflables, tripulados por remadores equipados con chaleco salvavidas, cascos y remos. El desafío es realizar un trabajo en equipo para sortear las dificultades características de cada categoría de río. Todos los tripulantes deben saber leer el río. Es decir, reconocer olas, hoyos y remolinos para dirigir correctamente la embarcación.

“En cada gomón va un guía o instructor en la popa sirviendo de timonel y dando las indicaciones pertinentes a los remadores”, continúa comentando Matty. Los ríos de montaña se miden en grado de dificultad, que va del uno al seis. La dificultad depende de la geografía de sus cauces. A poca profundidad, mayor pendiente y muchos obstáculos, aumenta el desafío. Los rápidos de categoría seis son prácticamente innavegables.

Sin miedos

El río Atuel, al sur de la provincia de Mendoza, es uno de los escenarios preferidos para este deporte. En algunos sectores de su recorrido -de casi 800 kilómetros- vemos cómo turistas de diferentes partes del país se animan a desafiar sus saltos a bordo de gomones.

“El Atuel tiene un grado de dificultad dos, lo que lo caracteriza como río familiar o escuela”, nos explica Sol Ercoli, coordinadora de Antu Turismo Aventura. Sus rápidos son divertidos y no peligrosos. Pura adrenalina para principiantes. En tanto, al Atuel superior-Distrito El Sosneado se lo considera de grado tres/cuatro, según la época del año y su caudal. En este caso, no pueden ir niños y, para los adultos, hay más posibilidades de caer al agua y tener que nadar un poco entre los rápidos.

María Teresa Santillán recuerda, con tono de diversión y complicidad, que en una ocasión una familia llevó a la abuela de 85 años para hacer uno de los recorridos del río Atuel, pero la señora se resistía diciendo que tenía miedo hasta a la palangana con agua. “Es en estos casos en que la seguridad y la confianza que se debe desarrollar con el turista se ponen a prueba. Nosotros le dimos la seguridad que ella necesitaba en ese momento e hizo el paseo. Te aseguro que vas a estar feliz, le dije, y fue. Al finalizar el recorrido volvió muerta de risa, feliz y muy agradecida”, recuerda la profesora de educación física.

Desafío a uno mismo

“El rafting me hizo sentir una adrenalina desconocida. En este deporte es muy importante el trabajo en equipo. La primera vez se debe practicar en rápidos tranquilos y con gente experta. En la instrucción inicial nos enseñaron las partes de la embarcación: pontones laterales, proa, popa y pontones centrales, donde debíamos asegurarnos enganchando los pies”, describe el santafesino Sergio Valente radicado en Córdoba.

Quienes se animen a más, pueden experimentar el cool river. En este caso, se hace con gomones individuales para descender el río provistos de casco, chaleco y patas de rana. Antes de la aventura, los guías dan una charla de seguridad y técnicas de patada, avance y giro a un lado y otro. Luego, practican previo al descenso. Cool river no es una variante del rafting sino una actividad diferente, ya que las embarcaciones son individuales y no utilizan remo. Desde kayaks, los guías acompañan y dan seguridad a los turistas intrépidos.