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Escenografías majestuosas de la Patagonia andina

Cajón del Azul, Río Negro. Foto: Facundo Vital / Inprotur / Mintur
Cajón del Azul, Río Negro. Foto: Facundo Vital / Inprotur / Mintur

Montañas, lagos, ríos, arroyos, bosques. Los caminos patagónicos sorprenden con la imponencia de sus postales. Algunas opciones para descubrirlos dentro de la Ruta Natural.

Son siete lagos entre San Martín de los Andes y Villa la Angostura (o viceversa), pero hay incluso más en el trayecto; son siete maravillas espejadas en un solo recorrido de 112 kilómetros, que desde hace mucho tiempo cobró la relevancia de otros atractivos naturales únicos argentinos, como las Cataratas del Iguazú o el glaciar Perito Moreno.

En la provincia de Neuquén, La Ruta de los 7 Lagos atraviesa paisajes maravillosos, resguardados por los parques nacionales Lanín y Nahuel Huapi, y une a otras localidades y destinos turísticos de Chubut y de Río Negro.

Hay múltiples modos de recorrer este camino -que ahora también integra la Ruta de la Patagonia Andina, definida por el Ministerio de Turismo de la Nación-: en épocas frías (hay que consultar el estado de las rutas) o en meses de calor; para atravesarlo en un día y a las apuradas, y llevarse un pantallazo muy general de cada lugar, o dedicarle a cada punto más tiempo; para disfrutar en coquetos hoteles o en campings.

Si se inicia el circuito en la costanera del lago Lacar, en San Martín de los Andes, entre los lugares por descubrir están Playa Catritre y Villa Quila Quina, de los lugares preferidos en verano. En época invernal, el movimiento es intenso hacia el popular y exclusivo centro de esquí Chapelco.

Unos kilómetros más adelante se encuentra el mirador del curioso Arroyo Partido, que divide sus aguas hacia el océano Atlántico y hacia el Pacífico. El nacimiento de las aguas se produce en la cumbre del cerro Chapelco, de vertiente y producto de deshielo.

Continuando el camino a la par del arroyo Culebra -el brazo de la izquierda del Arroyo Partido-, se llega al Machónico, el segundo de los siete lagos después del Lacar.

Más allá de los siete comprendidos en la lista -lagos Machónico, Falkner, Villarino, Escondido, Correntoso, Espejo y Nahuel Huapi-, hay otros que no, como el Hermoso, Espejo Chico o Traful, que vale integrarlos a la experiencia global.

Una experiencia que incluye cascadas, arroyos y ríos correntosos, caminos de ripio, villas encantadoras en medio del bosque, senderos ocultos y desafiantes, cerros para escalar, aves para descubrir, miradores para llevarse la mejor imagen de cada lugar.

En el tramo final de la ruta aparece el magnífico Nahuel Huapi, dentro del parque nacional del mismo nombre, que también cobija al lago Correntoso.

Antes de arribar a Villa La Angostura, se atraviesa un puente de gran altura sobre el río más corto del mundo, también llamado Correntoso y elegido por los pescadores de truchas.

Los primeros parques

El Parque Nacional Nahuel Huapi fue el primero de Latinoamérica (como Parque Nacional del Sud), creado en 1934 en los terrenos donados a la Nación por el Perito Moreno. Sus 717 mil hectáreas comprenden terrenos de las provincias de Neuquén y Río Negro.

Se puede disfrutar en todas las estaciones, aprovechando desde el esquí en invierno a sus orillas lacustres en verano, o las actividades deportivas y recreativas por bosques, lagos y montañas en cualquier momento del año.

El clima es determinante para programar un viaje, y siempre se recomienda consultar el Servicio Meteorológico Nacional.

En todo el parque, y a lo largo del corredor andino patagónico, se pueden descubrir las particularidades de la flora y la fauna típicas de la región.

Dentro del área protegida hay otro parque imperdible, como el paseo singular a través del bosque de arrayanes, al que se puede llegar luego de una  tan encantadora como agotadora caminata como en embarcaciones a través del Nahuel Huapi.

También dentro de la provincia de Neuquén se encuentra el Parque Nacional Lanín, bajo el control del impactante volcán de 3776 metros de altura, al que sólo se puede ascender con guía habilitado. En tiempos de pandemia, está muy controlado el acceso a los senderos y a los caminos.

El parque abarca al emblemático volcán, pero también protege unos 24 lagos. La biodiversidad del lugar es sorprendente. Entre los árboles representativos se puede citar a la araucaria, el roble pellín y el raulí. Las laderas de las montañas están cubiertas por bosques de lengas y coihues.

La fauna está representada por pumas, zorros y el monito de monte, entre los mamíferos; y el churrín grande, el cóndor -es el emblema-, el aguilucho cola rojiza y el fío fío silbón como ejemplos de las aves.

La araucaria o pehuén es una conífera que puede alcanzar los 50 metros de altura, y algunos ejemplares alcanzan los mil años.

Otra ruta

La de los 7 Lagos es la más famosa, pero desde hace muchos años cobra renombre la Ruta del Pehuén, integrada por las localidades cordilleranas de Copahue y Caviahue, Aluminé, Villa Pehuenia y Moquehue.

El nombre de esta ruta toma sentido con estos árboles milenarios que dan identidad única al paisaje de montañas, lagos y arroyos cristalinos.

Allí se pueden realizar actividades turísticas de descanso y relajación, realizar propuestas deportivas como rafting, kayak, mountain bike, trekking, senderismo, cabalgatas o pesca,  o acercarse a la cultura a través de turismo comunitario Mapuche, gastronomía regional y participación de fiestas populares.

Todas las localidades de la ruta ofrecen alojamiento, servicios gastronómicos, transporte y opciones de esparcimiento.

En el caso de Caviahue y Copahue le suman las propuestas termales o el recorrido entre aguas volcánicas, pehuenes y rocas basálticas.

Las fiestas populares de esta ruta tienen al pehuén como eje: en Caviahue se celebra la Fiesta Provincial del Piñón, en Villa Pehuenia el Festival del Chef Patagónico y en Aluminé la Fiesta Nacional del Pehuén. Todas durante el otoño, época en que el pehuén comienza a transitar un nuevo ciclo a través de su semilla, el piñón.

En invierno, la ruta propone dos sitios para la práctica de deportes de nieve: el Cerro Caviahue y el Parque de nieve Batea Mahuida en Villa Pehuenia (el único administrado por una comunidad originaria, la Comunidad Mapuche Puel).

Manso y Azul

El Valle del Río Manso, que también está comprendido en la Ruta de la Patagonia Andina, es una zona enclavada en la Cordillera de los Andes, entre los valles de los ríos Manso y Foyel.

Está en el centro del departamento de Bariloche, rodeado al oeste por Chile, al norte  por el Parque Nacional Nahuel Huapi, al este por los departamentos de Pilcaniyeu y Ñorquinco y al sur por el Bolsón.

Los ríos Manso y Foyel se unen 20 kilómetros antes de que el río Manso  ingrese a Chile por el paso El León.

En esa zona se encuentra los cerros Ventisquero, General Careras y el Bastión, por encima de los dos mil metros de altura.

Otra área natural protegida es la de Río Azul y Lago Escondido. Es provincial, y pretende proteger la biodiversidad y garantizar el uso sustentable de sus recursos naturales.

En las 65.000 hectáreas de bosque andino patagónico hay áreas recreativas, educativas y de investigación.

Va desde el valle del río Manso hasta el límite con Chubut, y desde el río Azul hasta la frontera con Chile.

Allí se pueden realizar circuitos os de trekking entre valles y cerros, bosques de lenga, coihue, ñire y cipreses.

“Glaciares, ríos, arroyos, lagunas, turberas, mallines y praderas de altura constituyen parte de los numerosos valores de conservación que el área alberga”, aseguran desde la reserva.

Debido a la importancia de los ecosistemas protegidos y a su rol central como corredor biológico entre los Parques Nacionales Nahuel Huapi y Lago Puelo, desde el año 2007 forma parte de la Reserva de Biósfera Andino Norpatagónica.

En Chubut

Además de las provincias de Neuquén y Río Negro, la ruta patagónica abarca territorios sorprendentes de Chubut.

Allí hay dos parques nacionales increíbles, uno es el Parque Nacional Los Alerces, elegido patrimonio mundial por la Unesco (ver aparte). El otro, el del Lago Puelo. El área protegida debe su nombre al principal cuerpo de agua que contiene, que desagua hacia el Pacífico. Allí se halla uno de los puntos más bajos de la Cordillera: 200 metros sobre el nivel del mar.

“La variedad de plantas es muy particular y única en la Argentina: allí crecen el avellano, el ulmo, el tique u olivillo y el lingue. Además, posee bosques puros de pitra o patagua y también extensos cipresales”, aseguran desde el parque.

Aves como el picaflor rubí o el pato de los torrentes; mamíferos como el huemul y un particular marsupial, el monito de monte; peces como la peladilla listada y anfibios como la rana verde-dorada, son algunas especies  muy particulares de la zona.

El emblema es el chucao, que habita entre la vegetación densa del bosque. Su potente sonido se escucha a gran distancia.

La temporada alta es de noviembre a abril. Hay campings, fogones, proveeduría, luz eléctrica, entre otros servicios.

Se pueden visitar lugares como La Playita, Pitranto Grande, Los Hitos, arroyo Las Lágrimas, El Desemboque y  Río Turbio.  Está a 112 kilómetros del Parque Nacional Los Alerces.