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En el túnel del tiempo: una visita a Pueblo Escondido

Pueblo Escondido, un rincón perdido de Córdoba. Foto: Romina Musso
Pueblo Escondido, un rincón perdido de Córdoba. Foto: Romina Musso

La actividad en las minas de tungsteno en las sierras de Córdoba terminó tras el final de la Segunda Guerra Mundial. El pueblo quedó abandonado, y hoy se utiliza para turismo aventura.

En el Valle de Calamuchita, y bajo la mirada del Cerro Áspero, se encuentra un pequeño pueblo abandonado en el que durante la primera mitad del siglo 20 se explotaban minas de tungsteno.

La deteriorada infraestructura aún conserva el espíritu, huella y testimonio de más de 400 trabajadores que desarrollaron su labor en 1960.

Ubicado al límite con la provincia de San Luis, se puede acceder al pueblo por dos caminos. Uno parte desde la localidad de La Cruz, en Calamuchita, a unos 60 kilómetros en dirección suroeste, y es una opción muy elegida por quienes deciden realizar la travesía en motos enduro, cuatriciclos o camionetas 4x4.

Dos caminos

El otro, es desde la localidad puntana de Merlo, por ruta pavimentada de 20 kilómetros hasta llegar al Filo Serrano, y luego por camino de ripio de 5 kilómetros, donde un colosal mojón construido de mano derecha nos indica la llegada al Puesto El Tono, donde hay que pagar para atravesar su propiedad y llegar al pueblo.

Esta segunda alternativa permite realizar una caminata increíble al pie del Cerro Áspero. El paisaje cambia su fisonomía a medida que avanza el sendero, el monte serrano cede su característica vegetación y le deja lugar a los pastizales y a unos pocos pinares que cubren pequeños sectores de esa inmensa soledad.

Más adelante, luego de transitar 30 minutos de caminata, la vía se divide: hacia la izquierda continúa la senda a Pueblo Escondido, mientras que hacia la derecha se encuentra el camino de un kilómetro al Salto del Tigre. Este último se trata de un imponente salto de agua de 22 metros de altura que desciende hasta una hoya de 30 metros de largo y más de 10 metros de profundidad.

Al llegar se puede observar la sorprendente cascada desde arriba, y un sendero bien marcado permite descender hasta la hoya para disfrutar del bellísimo paisaje. Allí, la naturaleza despliega sus colores, sonidos y aromas en su más pura expresión, invitando a descansar y refrescarse con las aguas cristalinas para luego continuar con el recorrido.

A 2.000 msnm se puede apreciar una magnífica vista de las Sierras Comechingones, produciendo la inmensidad una sensación de pequeñez ante tanta belleza.

Continuando el camino hacia el pueblo, el sendero se vuelve más dificultoso a medida que se aproxima el yacimiento, y algunas piedras flojas y terreno agreste anticipan esta proximidad. Luego comienzan aparecer las primeras vistas del tan ansiado Pueblo Escondido: las palabras resultan insuficientes para describir tan hermosa vista.

Al llegar, el sendero vigilado por el Cerro Áspero obliga a cruzar, por unas pequeñas piedras, el río Paso del Tigre, para así llegar al puñado de casas abandonadas, testimonio único de la historia del lugar. Puentes colgantes permiten el recorrido por el pueblo, donde se vislumbra cómo la naturaleza reclama su espacio, llenando de plantas y pasto la vieja infraestructura. Pueblo Escondido es un lugar increíble, poseedor de una energía capaz de teletransportarnos mucho tiempo atrás, cuando en lo que hoy es una mina abandonada, había un pueblo de alta montaña con más de 400 trabajadores.

Un poco de historia

Pueblo Escondido, un rincón perdido de Córdoba. Foto: Romina Musso
Pueblo Escondido, un rincón perdido de Córdoba. Foto: Romina Musso

A finales del siglo 19 y mediados del siglo 20, el Cerro Áspero fue ícono de la minería en Córdoba. A sus pies se construyó Pueblo Escondido, creándose una gran infraestructura, casas para los obreros, oficinas administrativas, hospital e incluso un gran galpón donde funcionaba una usina. El tungsteno extraído de las minas se utilizaba con fines bélicos, por lo que la época de mayor producción se registró durante la Segunda Guerra Mundial. En el año 1969, la empresa a cargo dejó de producir en estas minas, y el pueblo quedó totalmente abandonado, hasta que en 1995 fue comprado por quien decidió restaurar las instalaciones para fomentar el turismo aventura. Actualmente se brindan los servicios de albergue y comida durante todo el año.

Datos útiles

Hay distintas opciones de alojamiento: en Pueblo Escondido, se pueden alquilar dormitorios que fueron restaurados, o parcelas para acampar. Si se elige esta opción, lo mejor es consultar el valor al momento del viaje a través del número (03546) 462650. Otra alternativa es hospedarse en el Parque Natural Los Vallecitos, a 17 kilómetros del Filo Serrano. Este parque cuenta con cabañas, dormitorios y zona de acampe. Se puede consultar disponibilidad y precios en la página web www.losvallecitos.com.ar.