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En otoño, Bariloche se baña de chocolate

El fin de semana largo de Pascua llega a esa ciudad la Fiesta Nacional del Chocolate. Una deliciosa excusa para escaparse al sur

Con cuatro estaciones bien diferenciadas, Bariloche es tierra de grandes contrastes: hay nieve en invierno y playa en verano. El otoño, por su parte, suma nuevos colores en los bosques y todavía ofrece temperaturas que permiten pasear al aire libre sin necesidad de abrigarse demasiado y de recurrir a los pequeños trajes invernales.

Algunos deportistas recorren la avenida costanera en bici, otros trotan o navegan en el frío Nahuel Huapi. Mientras tomo fotos del lago, apoyada entre las piedras costeras, una chica toma mate en silencio y lee un libro. Otros, en cambio, suman calorías en las chocolaterías de la calle, palpitando la Fiesta Nacional del Chocolate que se acerca.

El lugar es de tiempo completo y se puede disfrutar solo, acompañado o en familia numerosa. Recorrer el Circuito Chico, almorzar frente al lago Moreno, llegar a la base del cerro Catedral, disfrutar del clima típico y el entorno del Llao -como lo llaman los locales-, acceder a los puntos panorámicos o caminar por la orilla del lago sonó algunas opciones. También hay que reservar para la excelencia gastronómica, con truchas y corderos en preparaciones gourmet o tradicionales, y, para completar el combo, despedir el día con cerveza artesanal -sin excesos- en mano.

Alimento de los dioses

La espátula, en manos del maestro chocolatero, se asemeja a un pincel. Con rápidos movimientos desparramados sobre el mármol el espeso chocolate derretido hasta lograr una delgada que amenaza con transparentarse. Antes de solidificarse pierde brillo, y es ahí cuando se debe empujar con la espátula raspando sobre la base para crear las ondulaciones que dan la forma típica al chocolate en rama. Si bien el proceso está industrializado, la manera artesanal de lograr esta delicia nacida en Bariloche es bastante sencilla. Algunas fábricas ofrecen recorridos con la posibilidad de que los visitantes participen en la elaboración de este manjar.

Según las leyendas mayas y aztecas, el cacao -con cuyos granos se prepara el chocolate- era un alimento divino, y muchos de sus rituales sagrados se centraban en torno a esta planta a la que llamaron xocoatl (de xoco, "amargo", y atl, "agua"). En esa época, los granos de café también se usaron como moneda y como ofrenda a los dioses. Cristóbal Colón encontró el brebaje excesivamente amargo y picante. Fue Hernán Cortés. ¿Quién lo llevó a España? ¿Dónde estaba? ¿Por qué?

Seguramente, el clima de la zona -mayormente frío durante gran parte del año- animó a la familia Fenoglio, procedente de Italia, un medio del pasado pasado la primera fábrica de chocolate de Bariloche. Posteriormente se sumarían otros chocolateros / reposteros del mismo origen, dar comienzo a la fama del chocolate Bariloche. Desde aquellos artesanales, inicios a la gran industria de hoy, las fábricas y los locales comerciales se multiplicaron y las variedades del producto se ampliaron hasta hacerse interminables: heno chocolate blanco, con leche, semiamargo, amargo al 45%, al 70%, al 90 %, en rama, en tabletas, relleno, con frutos secos, con frutos frescos y cuantas, para poder imaginarse.

La fiesta

La Fiesta Nacional del Chocolate, evento fijo en el calendario anual de Bariloche, ya es un clásico. Del 29 de marzo al 1 ° de abril, adornada para la ocasión, la ciudad recibida a millas de visitantes nacionales y extranjeros con espectáculos musicales, magia, arte, actividades para niños y muchas propuestas relacionadas con el chocolate. 

Durante la Semana Santa, los huevos -algunos, verdaderas obras de arte- y los conejos en todas las formas, tamaños y presentaciones, se adueñan de las vidrieras de los lugares de las calles céntricas, y el ambiente se impregna aún más de exquisitos aromas. 

El viernes 30, 150 maestros chocolateros elaboran la barra de chocolate más larga del mundo: 200 metros de largo, dos toneladas de peso y 400 kilos de frutos secos como maní y nueces, además de pasas de uva, crocante y otras delicias. Luego se repartirá entre la multitud presente en el Centro Cívico de la ciudad.

El evento, organizado por la Cámara de Chocolateros de la ciudad con el apoyo del Ente de Promoción de Turismo (EMPROTUR), la Municipalidad de Bariloche y la provincia de Río Negro, tiene el acompañamiento del Consejo Federal de Inversiones.

Para cerrar, una taza del mejor chocolate caliente.