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En febrero, La Rioja es Chaya

En los barrios, los patios y el predio del Autódromo de la ciudad Capital, la Fiesta Nacional de la Chaya se instaló otra vez en el corazón de los riojanos. 

LA RIOJA. La alegría fue contagiosa y la tradición asomó entre vidalitas y coplas de carnaval para revivir el topamiento familiar entre el Compadre y la Cuma, personajes de raíz diaguita.

La tradición revivió durante tres días y los riojanos volvieron a encontrarse con su esencia para celebrar la recolección de frutos y echar afuera las penas, en una fiesta que es doméstica y popular pero también multitudinaria, a juzgar por el entusiasmo de los miles de asistentes que cada noche chayaron junto a cantantes de la talla de Sergio Galleguillo (foto) –ídolo indiscutido de La Rioja–, Los Tekis, Luciano Pereyra, La Sole y el Chaqueño Palavecino, entre muchos otros.

Por la importancia que reviste esta fiesta a nivel cultural en La Rioja, el ministro de Turismo de la Nación, Gustavo Santos, le entregó la Marca País al gobernador de la provincia, Sergio Casas; con el objetivo de distinguir a la celebración como parte de la identidad nacional.

Con “disparos blancos” la Chaya cobijó también a numerosos turistas que celebraron su bautismo de harina y albahaca para sumarse después a una fiesta que finalizó con el entierro del Pujllay, personaje típico representado por un desgarbado muñeco de trapo. Los riojanos dicen que la fiesta no termina; sólo se acurruca en el corazón para florecer el próximo febrero.