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De los rieles a los esquíes

La silla cuádruple que lleva hacia lo alto de la montaña. Luego, el descenso se hará por la pista Plateau, para avanzados y expertos.
La silla cuádruple que lleva hacia lo alto de la montaña. Luego, el descenso se hará por la pista Plateau, para avanzados y expertos.

El Centro de Ski Portillo está celebrando su 65º aniversario. 

El Centro de Ski Portillo está celebrando su 65º aniversario, una historia que comenzó en 1887 cuando Chile contrató a ingenieros ingleses para construir una vía férrea que comunicara ese país con Argentina, a través del paso de Uspallata.

Los primeros esquiadores fueron los mismos ingenieros ingleses, que además de trasladarse con esquíes para sus tareas, lo hacían por diversión.

El ferrocarril trasandino se inauguró en 1910; en 1949 se levantó el Gran Hotel Portillo, que era administrado por el estado, y en 1961 fue privatizado.

Fue entonces cuando aparecieron en escena dos norteamericanos, Bob Purcell y Dick Aldrich, quienes decidieron invertir en el lugar y, una vez concretada la compra, convocaron a Henry Purcell, sobrino de Bob, para que se hiciera cargo de la gerencia general. Así, en apretada síntesis, se llega a la actualidad, cuando Henry es el propietario del lugar y su hijo Miguel el gerente general.

Pero, antes hay que llegar a Portillo. Desde Córdoba, se puede optar por hacerlo en auto, a través de Mendoza y del túnel internacional del Cristo Redentor. Una vez que se cruza la frontera, el centro de esquí está a siete kilómetros.

La otra opción es por vía aérea, desde Córdoba a Santiago de Chile. Una vez allí, el transfer hasta el hotel tarda alrededor de 2,30 horas, según cómo se encuentre la ruta. Si ha nevado o hay hielo sobre el camino, a los vehículos se les deben colocar cadenas en sus ruedas y, al llegar a la Cuesta Juncal, conocida como los Caracoles, extremar los cuidados y la atención en sus 29 curvas de prácticamente 180º.

A esquiar

Una vez arribado al hotel, donde lo recibirá en su puerta de ingreso Rasca, una hermosa ejemplar de San Bernardo, comenzará a experimentar aquello del sentimiento de pertenencia a que se aludía antes.

La simpatía y amabilidad del personal de Portillo lo harán sentir como en casa, mientras va programando sus actividades. Si fue a esquiar y arribó pasado el mediodía, todavía podrá aprovechar unas horas de luz, pero a las 17 se cierran los medios de elevación.

Lo esperan las pistas El Puma, Corralito y La Princesa (fácil); Conejo, Las Lomas, Los Canarios, Bajada del Tren, Juncalillo, David’s Run, Descenso y Los Zorros (intermedio); Plateau (intermedio avanzado), y Cóndor, Roca Jack, Garganta, Las Vizcachas y El Caracara (avanzados y expertos). Son 500 hectáreas esquiables, con 14 andariveles con sillas dobles, triples y cuádruples, va et vient (del francés va y viene) y del tipo poma.

El hotel está a 2.880 metros de altura; el punto más alto es 3.310 metros; hay un promedio anual de nieve caída de 7.4 metros, y en torno al 80% de días de sol. Los esquiadores salen del hotel por la puerta del almacén de equipos y ya están a un paso de las pistas.

Hay quienes viajan en auto y se llevan sus propios equipos de esquí, pero si el viaje se hace vía aérea y no quiere pagar sobreprecios de equipaje, existe la posibilidad de alquilar esquíes con fijaciones, botas, bastones, tablas de snowboard, botas de snowboard, todo para adultos y niños, y también cascos y raquetas de nieve. Un equipo estándar para adulto (esquíes, botas y bastones), cuesta U 40 por día y U 250 por una semana.

En materia de alojamiento, Ski Portillo ofrece tres alternativas: el hotel, con habitaciones dobles, singles, suites y departamentos familiares, con vista al valle o a la laguna; el Octógono Lodge, y el Inca Lodge, estos dos con camas en literas, el primero con baño privado y el otro con baño compartido.

Las tarifas van desde los U 2.100 a U 3.850, la habitación doble con vista al valle, hasta U 3.000 y U 6.200 la suite, en temporada baja y alta, respectivamente.

En el Octógono Lodge, arrancan en U 1.390 (baja) a U 2.050 (alta), y en el Inca Lodge, van de U 990 (baja) a U 1.200 (alta). Los huéspedes del Octógono reciben sus cuatro comidas diarias en el restaurante del hotel, mientras que los del Inca en el restaurante autoservicio.

Todos los precios son por persona y por semana, de sábado a sábado e incluyen siete noches; siete días de acceso a andariveles; cuatro comidas diarias (desayuno, almuerzo, merienda y cena); acceso a la piscina temperada, sauna, jacuzzi, sala de pesas, gimnasio y yoga, cine, sala de juegos, actividades para niños, jóvenes y adultos, discoteca, piano bar, custodia de esquíes y botas y guardería para niños de 4 a 7, sin cargo.

LAN tiene dos vuelos diarios a Santiago de Chile, con tarifas desde los U 212.