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Damas del mar en el Golfo Nuevo

Las ballenas francas ya están en las aguas del Golfo Nuevo, en la provincia de Chubut.

Cuando se aproxima el invierno, las aguas del Golfo Nuevo reviven con la llegada de las ballenas, y Puerto Madryn se prepara para recibir a los visitantes que llegan atraídos por la presencia de los grandes cetáceos ya habituales junto a sus costas.

La ciudad de Puerto Madryn,  se asoma a la larga franja de playas –algunas en el centro y otras que llegan hasta el Doradillo,  más alejadas pero ideales por los avistajes costeros–. Cuenta con la infraestructura turística de servicios necesaria para atender la gran demanda. Por ese motivo a Puerto Madryn se la considera como el mejor punto de partida para explorar la región de Península Valdés. Enriquece tal iniciativa el contar con el Museo Oceanográfico y el Ecocentro que invitan a conocer la fauna marina con un criterio científico.

A la vista. Las ballenas ya están asomando la cola entre las aguas azules del Golfo Nuevo. Desde  fines de mayo y hasta mediados de diciembre las ballenas son las protagonistas de la costa. Es que los gigantes cetáceos eclipsan todas las otras actividades.

Como el resto de los mamíferos, las ballenas respiran aire, dan a luz a sus crías y las amamantan en la infancia. Son cetáceos, el primer grupo en adaptarse a la existencia marina, por lo que deben pasar todo su ciclo vital en el agua, a diferencia de los lobos marinos, que también habitan las costas de Puerto Madryn, pero que deben subir a  tierra firme para aparearse y dar a luz.

Chorro en forma de V. Las especies de ballenas son muchas. Las que concentran la atención en Puerto Madryn son las ballenas francas australes (Eubalaena australis), una especie perseguida durante siglos por mercaderes del aceite que producían de ellas.

Según el testimonio de los viejos cazadores  las ballenas francas nadan a menor velocidad que otras y pasan gran parte del año en las zonas costeras. Ambas características las tornan vulnerables y se agrava por el chorro de vapor, en forma de V, que expulsan al respirar que permite divisarlas a la distancia.

Ahora tienen estatus de “Monumento nacional” y por ende se encuentran protegidas.

Esa es una de las razones de  su constante aumento numérico en el Golfo Nuevo.

Monumento natural es una categoría que se otorga “a aquellas áreas, cosas, especies vivas de animales o plantas de interés estético, o valor histórico o científico que merecen protección absoluta, siendo por lo tanto inviolables”.

Por este motivo no está permitido el buceo con ballenas, a diferencia de los lobos marinos, con quienes está permitido hacerlo en las aguas del Golfo Nuevo.

Daniel Pérez Martínez, biólogo y consultor de distintas entidades y universidades nacionales en el área del trabajo con esta especie afirma que la ballena franca es bien fácil de diferenciar, porque tiene el lomo liso, pero es la única que tiene en la cabeza esas protuberancias blancas o amarillentas llamadas callosidades. Esas callosidades están formadas por una serie de animales que viven en simbiosis con la ballena: algunos son como cangrejos pequeños y otros se llaman “dientes de perro”, porque tienen forma de pequeño colmillo blanco.

La razón por la cual las ballenas se avistan en Puerto Madryn desde fines del otoño hasta fines de la primavera tiene que ver con sus costumbres migratorias.

“Entre noviembre-diciembre, y mayo-junio, las ballenas permanecen en las zonas de alta productividad marina, el Atlántico sur y los mares circumpolares, alrededor de Antártida”, explica Pérez Martínez.

En esa zona abundan el fito y zooplancton, lo esencial de su alimento. Luego las ballenas francas emprenden sus migraciones anuales hacia la costa: La Península Valdés –agrega el biólogo– es el sitio preferido para parir las crías, cuidarlas y realizar otro tipo de interacción social, como los sistemas de apareamiento”.

De esta manera, si a fines de mayo se ven todavía unos pocos ejemplares (en estos días hay 10 frente a la ciudad, y entre 100 y 150 en las aguas de  Península Valdés, poco a poco el número va en aumento, hasta alcanzar unos 1.100 animales en el momento culminante del año, entre setiembre y octubre.

El fenómeno no deja de crecer y los expertos señalan que el aumento de la presencia de ballenas aumenta alrededor de un siete por ciento anual desde los años de 1970.

Informes

Secretaría de Turismo de Puerto Madryn:  teléfonos (02965) 45-3504 y 45-6067. Consultas de lunes a domingos de 7 a 21. E-mail: informes@madryn.gov.ar

Página oficial de Turismo: www.madryn.gov.ar/turismo