“Cocina de montaña”: turismo gastronómico en Villa La Angostura

La premisa era clara: convertir a Villa La Angostura en un destino de turismo gastronómico. Un atractivo más para uno de los rincones más encantadores de la Argentina, que además se enmarca en una tendencia mundial del turismo.

Se trata de “un tipo de actividad turística que se caracteriza porque el viajero experimente durante su viaje actividades y productos relacionados con la gastronomía del lugar. Además de las experiencias culinarias auténticas, tradicionales y/o innovadoras, el turismo gastronómico también puede incluir otro tipo de actividades, como visitar productores locales, participar en festivales gastronómicos o asistir a clases de cocina”, describen desde la Organización Mundial del Turismo.

En torno a ese objetivo, en VLA aceptaron el convite de la Secretaría de Turismo local –a cargo de Marina González– los hoteleros, gastronómicos, productores, académicos, comerciantes, entre otros actores, quienes se organizaron para dar sustento al proyecto.

La idea fue trabajar con una planificación del producto turístico como estrategia para el desarrollo de la localidad y como propuesta atractiva para los turistas en torno a la gastronomía local como factor de atracción.

Además de satisfacer a los viajeros, la propuesta plantea una posibilidad de desarrollo que abarca a todos los actores de la extensa cadena de valor del turismo y la gastronomía en una estrategia de desarrollo sostenible y desestacionalizadora", asegura Mariángeles Samamé, la consultora cordobesa (Philia) que coordinó el proyecto.

Durante meses, mediante numerosos encuentros virtuales, se sentaron las bases para construir una propuesta robusta identificando actores, analizando su gastronomía, debatiendo expectativas y necesidades y acordando, como primer hito colaborativo, una identidad que los representa y que plasmaron gráficamente: “Cocina de montaña - Villa La Angostura “

“El isologotipo representa la gastronomía de Villa La Angostura utilizando la forma de un cucharón levantando las montañas, elemento central del paisaje local, representados con las líneas del logo VLA y sus colores, entrelazado con el título de la marca”, detallan.

Sobre esta identidad consensuada, y en base a un diagnóstico inicial, el grupo continúa trabajando para conformar con la gastronomía un producto turístico de alta calidad.

Mariángeles Samamé destacó la importancia de la gastronomía como “propuesta motivadora de viaje a nuestro destino y no simplemente como un complemento”, y destacó el proceso de esta iniciativa como un “trabajo conjunto público y privado incorporando todos los actores de la cadena de valor, bajo un formato de alianza para el desarrollo”.

Además de impulsar VLA como destino de turismo gastronómico, la estrategia apuntó a “fortalecer la cadena de valor de la gastronomía a través de sus recursos, productos y actores para impulsar la economía local y el tejido emprendedor mediante este complemento de las actividades cotidianas”.

“Una de las primeras inquietudes –asegura Samamé–, fue abordar la identidad gastronómica del destino, buscando entender qué conceptos nos identifican y nos diferencian de otros destinos y consolidar la cultura gastronómica del destino fomentando el orgullo local e identidad para la comunidad y su transmisión a los turistas”.