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El Chaltén: qué circuitos hacer en la Capital Nacional del Trekking

En este pueblito mágico de Santa Cruz, no hacen falta guías y la mayoría de las excursiones son gratuitas.

El Chaltén tiene caminos cortos, largos, llanos, empinados, de tierra, de piedra, fáciles y complicados. Conocida como “la Capital Nacional del Trekking”, en esta localidad sobran los motivos para salir a caminar. Atate bien los cordones. El viaje recién comienza.

En este pueblito mágico de Santa Cruz, rodeado de montañas, uno puede elegir su propia aventura. No hacen falta guías y la mayoría de las excursiones son gratuitas. A continuación, un listado de actividades recomendadas para hacer (de menor a mayor grado de dificultad).

DATOS ÚTILES. Información útil para disfrutar de la belleza de El Chaltén.

Dos miradores y una cascada

Después de conocer el pueblito, de casas coloridas y calles tranquilas, lo ideal es encarar alguna caminata corta para entrar en ritmo. El Mirador de los Cóndores y el Mirador de las Águilas son dos buenas opciones. Tienen vistas increíbles y están a uno y dos kilómetros, respectivamente, de El Chaltén.

Otro paseo agradable y de corta duración es el Chorrillo del Salto. Tras atravesar un bosque de lengas, se llega hasta una hermosa cascada de más de 20 metros de altura.

En busca de la laguna Torre

Detrás del hotel Los Cerros (el más grande de El Chaltén), inicia el sendero hacia la laguna Torre. Allí, un cartel indica que el caminante empieza a transitar el kilómetro uno (de nueve en total).

El primer descanso se suele hacer en el Mirador del cerro Torre (luego de caminar aproximadamente una hora y media), desde donde se ven las siguientes montañas: cerro Solo, cerro Grande, cordón Adela, cerro Torre, torre Egger y aguja Standhart. Una obra de arte.

Y finalmente –atravesando un montón de árboles secos, un tupido bosquecito y miles de piedras– deja sin palabras a los visitantes la laguna de aguas grises, formada por los deshielos que nacen del cerro Torre (uno de los más difíciles de escalar en el mundo). Vale la pena quedarse un buen rato descansando y observando cómo grandes pedazos de hielo se derriten o cambian de forma con el correr del tiempo.

Hacia el glaciar Huemul

Para llegar al glaciar Huemul es necesario tomar un colectivo hasta el Lago del Desierto (a 37 kilómetros de El Chaltén). Una vez ahí, en Punta Sur, hay que pagar una contribución para empezar el recorrido (que se encuentra en propiedad privada).

Al principio el sendero parece fácil, pero de a poco se empieza a complicar. Incluso en algunos sectores hay sogas para que el ascenso no sea tan difícil. Tras una hora de caminata, por un bosque que parece encantado, se llega a una laguna de color azul verdosa que supera todas las expectativas.

El imponente Fitz Roy

El camino hacia la base del cerro Fitz Roy comienza en la hostería El Pilar. Desde esta antigua casona hay que dirigirse hasta el mirador Glaciar Piedras Blancas, por la senda que bordea el río Blanco. Luego, hay que cruzar un puente corto de madera y llegar hasta un refugio, donde hay un campamento en el que varios aventureros deciden parar y continuar al otro día.

En este punto de encuentro, un cartel señala: kilómetro 9 de 10. Pero el último kilómetro es el más complicado de todos. Hay que subir una pendiente que parece interminable, dando pasos cortos y sin pausas.

El camino concluye en la arista de la morena, desde donde se ve la majestuosa silueta del cerro Fitz Roy, de 3.405 metros de altura. En este impactante escenario natural también hay dos hermosas lagunas: la Laguna de los Tres y la laguna Sucia, ambas de color azul intenso. Un lugar que difícilmente se pueda comparar con otro.

De regreso, una buena opción es refrescar los pies agotados en las frías y cristalinas aguas de la bella laguna Capri.