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Chaku: un ritual ancestral en la Puna catamarqueña que atrae a miles de visitantes

Laguna Blanca, en la Puna catamarqueña. (Bibiana Fulchieri)
Laguna Blanca, en la Puna catamarqueña. (Bibiana Fulchieri)

Cada año, en la Puna catamarqueña, centenares de lugareños y viajeros de todas partes del mundo participan de la captura y esquila de vicuñas salvajes. Se trata de la lana más fina del mundo.

Entre los meses de noviembre y diciembre, aunque sin una fecha fija, se realiza todos los años en la puna catamarqueña los famosos Chaku, una costumbre ancestral del pueblo andino sudamericano que consiste en el arreo de vicuñas silvestres hacia un cerramiento, donde se las esquila para después liberarlas.

Esta práctica, en un escenario de altura deslumbrante (a 4.800 metros en los médanos de la Cuesta de Randolfo), concita enorme interés en los viajeros que llegan en caravana desde todas partes del mundo y hasta se involucran con la comunidad en las tareas y los festejos posteriores.

Médanos de Randolfo. (Bibiana Fulchieri)
Médanos de Randolfo. (Bibiana Fulchieri)

Para llegar a Laguna Blanca, el sitio principal del Chaku, hay que tomar la mítica Ruta 40 desde la capital, San Fernando del Valle de Catamarca. Después de transitar 285 km, vale hacer una parada para visitar la antigua población de Belén, fundada en 1681 y erigida entre montañas y plantaciones de nogales, pimentón y maíz. Esta ciudad es reconocida también por ser tierra de tejedoras en telar, llamadas belichas, y merecedora de la distinción a nivel internacional como la cuna del poncho.

Desde allí, se desvía hacia la RP43 rumbo al norte para llegar a Villa Vil, literalmente el portal de la Puna. En este pueblo, surcado por pequeños oasis termales entre cerros de colores, es indispensable conocer el Centro Artesanal Huilla Huil, donde se concentra la producción regional de las comunas de Rodeo Gerván, El Bolsón, Morteritos, Barranca Larga, Las Cuevas, Portezuelo y Cotagua. Allí se exponen tejidos, cultivos andinos orgánicos recuperados y alfarería que da cuenta de la presencia del hombre desde hace más de 10.000 años.

Tejedora trabajando con fibras de vicuña, en Laguna Blanca. (Bibiana Fulchieri)
Tejedora trabajando con fibras de vicuña, en Laguna Blanca. (Bibiana Fulchieri)

Siguiendo por la ruta 43, siempre en ascenso y tras recorrer 80 km, comienza la Puna catamarqueña con su paisaje sobrecogedor donde el horizonte infinito se recorta en un cielo color lapislázuli.

Vicuñas, tejido y ceremonia

Entre volcanes con picos blancos, campos de lava, planicies de piedra pómez, salinas y médanos, aparece Laguna Blanca, una pampa de altura (3.260 msnm) que cobija a la Reserva Provincial de Vida Silvestre, que integra la Red Mundial de Reserva de Biosfera. El lugar fue impulsado por la Unesco para conservar la diversidad biológica y los valores culturales de la región, los que se pueden conocer a través de fiestas, ceremonias, gastronomía y arte popular.

La vicuña está especialmente protegida en el ecosistema de Laguna Blanca, ya que los artesanos locales las esquilan de manera sustentable y con sus hebras tejen finísimas prendas.

En el día determinado para el Chaku llegan desde Antofagasta de la Sierra y otros parajes vecinos una fila de camionetas con voluntarios y cientos de turistas ansiosos por fotografiar. Lo primero que hacen los baquianos es desplegar una malla plástica de media sombra y la fijan a unos postes estratégicamente ubicados. Entonces, empiezan a arrear las vicuñas, que se concentran cerca de la laguna, hacia ese corral donde varias cuadrillas de esquiladores extraen los vellones de lana con extremo cuidado. Al finalizar, se les coloca un pendiente de plástico numerado que sirve de censo y se libera a los animales campo afuera.

Finalizada la faena, reparten la lana entre los integrantes de la Mesa de Vicuña Local y se realiza un gran hueco en la tierra para corpachar (dar de comer y beber a la Madre Tierra) agradeciendo sus dones. El almuerzo es comunitario y gratuito para todos. Son infaltables las empanadas de charqui de llama y vino tinto.

Ceremonia de la corpachada, donde le dan de comer y beber a la Madre Tierra. (Bibiana Fulchieri)
Ceremonia de la corpachada, donde le dan de comer y beber a la Madre Tierra. (Bibiana Fulchieri)

Después comienza la música con sikuris y cajas, ferias de productos regionales y un despliegue de prendas tejidas por las hábiles artesanas que realizan el hilado de la fibra de vicuña en antiquísimos husos y tradicionales telares (de dos varillas y cañas, palo de envolver y pisaderas) de los cuales nacerán ponchos, mantas, guantes y chalinas de lana color oro vicuña.

A media luz

En toda la zona puneña el servicio de Internet y de energía eléctrica es insuficiente. En Antofagasta de la Sierra y la zona aledaña, sólo desde las 19 hasta las 23 se encienden los generadores y hay luz. El camino desde la ciudad de Catamarca hasta Laguna Blanca puede hacerse en cualquier vehículo que esté en buenas condiciones, pero lo aconsejable es uno 4X4. El ripio es la constante en esos caminos. Se aconseja recorrer a baja velocidad y llevar previsión de combustible, agua y alimentos. Como hay gran amplitud térmica (puede variar mucho desde el mediodía hasta la noche), la vestimenta debe contemplar ropa liviana si es verano pero incluir campera de abrigo para la noche. El calzado óptimo es el que se utiliza para largas caminatas, zapatillas o borcegos que propicien el agarre al suelo pedregoso y dispar.

Hilado a mano, con huso de fibra de vicuña. (Bibiana Fulchieri)
Hilado a mano, con huso de fibra de vicuña. (Bibiana Fulchieri)

Datos útiles

CóMO LLEGAR. En vehículo particular, desde Córdoba a San Fernando del Valle de Catamarca saliendo por RN9/RN60 y RP 33, son 437 km. En micro, empresas como Chevallier, Urquiza, Gutiérrez, Flecha Bus, Mercobus, Plus Ultra, tienen varios servicios diarios.

PASEOS. De Belén a Laguna Blanca hay mucho por recomendar en el camino. Una buena idea es sumarse a las distintas ofertas locales, según el calendario anual, de ferias, celebraciones patronales y encuentros artísticos. Los atractivos más visitados son Ruina de Shinkal, a 15 km de Belén en la localidad de Londres (famosa por sus nueces); Feria Manos de las Cumbres, en Rodeo Gerván; Feria Agroartesanal, en Villa Vil; Feria El Cambalache, en Barranca Larga; Feria del Chango Real, en Los Morteritos y Fiesta del Cóndor, en Las Cuevas. Pueden hacerse travesías muy interesantes en Antofagasta de la Sierra, Laguna Alumbrera, Salar del Hombre Muerto y Campo de Piedra Pómez.

MÁS DATOS. www.turismocatamarca.gov.ar. Teléfono: 0810-7774321.

EXCURSIONES. Hay varias empresas que desde San Fernando del Valle de Catamarca se dedican al servicio de travesías por la Puna. También muchos lugareños son buenos guías. Algunas pueden ser: Chaku Aventuras, de Murio Pagani, 03835-15527413. Alta Catamarca Agencia de Viajes y Turismo, info@altacatamarca.tur.ar. Excursiones del Peñón 4x4, 03837-421312.

ALOJAMIENTO. En Belén hay múltiples opciones para todos los presupuestos. Hotel Belén, www.belencat.com.ar. En Villa Vil, Hostería Villa Vil, habitación doble desde 900 pesos, 03835-15527539. En Laguna Blanca el lugar con más servicios es Hostería Sasakuy, habitación doble desde 750 pesos. Hay muchos hospedajes en casas de familias como El Rancho (300 pesos) y Kokena (300 pesos). En Antofagasta de la Sierra: Hostería Municipal Antofagasta, hosteriaantofagasta123@gmail.com. Hostería Pueblo del Sol, pueblodelsol@gmail.com. Complejo Pucará, complejopucara@hotmail.com.ar.

GASTRONOMÍA. Es posible comer platos típicos y minutas (locro, mote, picantes de pollo, tamales, empanadas, sopa de quinua, llama asada) en pequeños comedores rurales, muchos en casas de familia. Lo mejor es adquirir productos genuinos como verduras, frutas, cereales andinos, dulces y conservas en las infaltables ferias campesinas.