Los cementerios de Salamone en provincia de Buenos Aires

Las más de 60 obras que realizó en provincia de Buenos Aires el arquitecto e ingeniero Francisco Salamone, guardan un halo de misterio y excentricidad. En su estilo se fusionan el art decó, el futurismo y el funcionalismo.

Nacido en la siciliana Leonforte, vino al país con 4 años a comienzos del 1900. Después de hacer el secundario, estudió en la Universidad de la Plata y en la Universidad de Córdoba, y de muy joven obtuvo reconocimientos internacionales en Milan o Barcelona.

Después de trabajar en las sierras de Córdoba y Villa María, se radicó en Buenos Aires, que empezaba una etapa de modernización de su obra pública. En 25 municipios, se encargó de 60 grandes obras en pocos años.

Todas sus construcciones tenían rasgos espectaculares: se encargó de municipalidades, portales de cementerios y mataderos. También plazas, mobiliario urbano y veredas y luminarias. Todas forman parte del patrimonio histórico y cultural del territorio bonaerense..

El cementerio de Azul fue inaugurado en 1938. Su portal es uno de los trabajos más celebrados de la carrera del "arquitecto de las pampas". La imponente fachada del cementerio está coronada por la sigla R.I.P en tamaño gigante, acompañada de figuras ornamentales que representan el fuego eterno. En el acceso, una escultura del Arcángel San Gabriel representado como el "Ángel de la Muerte", empuña una espada entre sus manos.

En Laprida, la fachada imponente y majestuosa del cementerio está considerada como una de las más altas de Latinoamérica. Es la segunda después del Cristo Redentor de Río de Janeiro, Brasil. La figura del Cristo fue encomendada al escultor Santiago Chiérico, un profesional de reconocida trayectoria nacional e internacional. El portal, que fue restaurado en 2006, se erige en medio del entorno rural bonaerense.

El de Saldungaray, Tornquist, está en un amplio valle entre las Sierras de la Ventana y Pillahuincó. El cementerio se encuentra rodeado por el verde del campo y los grises de las sierras. La entrada es una gran rueda de cemento en la que se integran una cruz y la cabeza de Cristo. La Asociación de Turismo Comunitario del pueblo turístico de Saldungaray ofrece, a través de su centro de interpretación, información detallada sobre las obras salomónicas.