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Caminatas entre bosques y lagos

San Martín de los Andes propone disfrutar de la particular geografía que la rodea con alguna de las opciones de turismo activo que forman parte de su programa.
San Martín de los Andes propone disfrutar de la particular geografía que la rodea con alguna de las opciones de turismo activo que forman parte de su programa.

Bosques, aves, proliferación de flores y el aire cordillerano resultan la mejor compañía en la ciudad neuquina cuando el propósito del visitante es escapar a la contaminación y al ritmo vertiginoso de las grandes ciudades. Recreación y turismo activos.

Al sur de la provincia de Neuquén, a orillas del lago Lacar, la ciudad de San Martín de los Andes se caracteriza por su tranquilidad y armonía en sintonía con las 400 mil hectáreas del bosques andino-patagónico que pertenecen al Parque Nacional Lanín.

Esta ubicación hace de San Martín de los Andes un consagrado centro turístico que invita al descanso pero también a poner a prueba las energías a través de recreación y deportes.

Acá sugerimos un par de recorridos de trekking que se adentran en paisajes inolvidables.

Uno de ellos conduce a la cascada Chachín, en plena selva valdiviana, muy cerca de la frontera con Chile, y constituye uno de los mayores saltos de agua de la región, propicio a la hora de hacer caminatas. El sendero es dificultad baja y puede ser recorrido durante todo el año.

El viaje comienza por el asfalto de la ruta nacional 234 hasta el empalme con la ruta provincial 48, donde aparece el ripio sinuoso, salvo un sector central que describe una recta prolongada. Hacia la izquierda se observa la famosa piedra del Trompul, imponente formación solitaria que según dicen anuncia el mal tiempo con rugidos. Atrás, quedan las señales de desvío hacia los balnearios de Yuco y Nonthue.

Hua Hum es uno de los sectores con mayor promedio de lluvias del país: 3.500 milímetros anuales, dato que explica la vegetación más verde y tupida.

Al llegar se divisan la hostería y el muelle y se debe proseguir el camino que lleva a Chile.

Luego, el camino se bifurca hacia la izquierda, atraviesa el puente que cruza las aguas encajonadas del río Hua Hum y sigue, tras otro giro a la izquierda, en un ascenso de 600 metros hasta llegar al claro donde los autos se estacionan. El resto del recorrido se hace a pie y dura cerca de media hora.

La subida es constante, por momentos escarpada, y atraviesa un sendero con ejemplares notables del bosque nativo. De golpe, cuando se alcanza el mirador natural, aparece la impactante visión de las aguas que se estrellan contra las piedras, tras una caída de 20 metros. La cascada se alimenta del deshielo que llega desde las altas cumbres y también de las aguas que aporta el lago Queñi, a 800 metros sobre el nivel del mar.

En el lugar hay bancos para sentarse a descansar y disfrutar del buen momento y también barandas que brindan protección a los visitantes.

Hacia el pueblo de Aila. Otra propuesta para hacer trekking conduce el pueblo de Aila en la costa sur del lago Paimún. Se trata de un bello sendero que cruza un sector del típico paisaje rural mapuche y conduce a un paraje solitario donde hay excelentes vistas del volcán Lanín.

Para acceder a este sendero hay que cruzar la angostura de los lagos Huechulafquen y Paimún en el sitio denominado “La Unión” donde una balsa, propiedad de la comunidad mapuche, cruza a los visitantes. El precio del cruce varía si se lleva o no mochila.

La población mapuche se encuentra al otro lado de la angostura y es muy visitada por los turistas en verano.

Ya en la otra costa hay un camping agreste y algunos pobladores ofrecen productos caseros (pan, queso y otros elementos). Antes de la tranquera, a la que se arriba tras bordear unos corrales, un cartel anuncia el inicio de la senda de trekking. A partir de ese punto el camino es evidente y no hace falta señalización.

La siguiente etapa empieza con una larga trepada que se suaviza gracias al amplio caracol que describe el sendero. Desde arriba se tiene una buena vista del lago Paimún, que a poco de andar queda oculto por el cerro Huemules.

El bosque es fresco y está compuesto de coihues, cipreses y algunos pehuenes solitarios, indicio de la antigüedad de estos caminos, ya que el área de distribución natural del pehuén se encuentra algo más al norte.

Varios tramos en ascenso y se arriba a una pequeña pampa de altura. El descenso hacia el pueblo de Aila no presenta dificultades y demanda menos tiempo.

La población se distribuye en un paisaje abierto que consiste en varias lomas verdes que terminan en el lago Paimún.

Hasta hace unos años Aila tenía una mayor población y de esos tiempos quedan altas alamedas y varios árboles frutales donde está permitido acampar aunque antes hay que registrarse, previo pago de una módica suma.

La vista que se tiene del volcán Lanín desde las costas del lago es inmejorable y bien vale el esfuerzo de llegar hasta el lugar.

Fiesta del Chef

Villa Pehuenia es escenario por estos días del octavo festival que reúne a productores y bodegas expositoras de la región y la provincia de Neuquén. Desde ayer y hasta mañana la biblioteca Popular Maestro Galeano concentra la más importante muestra gastronómica y de vinos de la región en el marco de la Fiesta del Chef. Se trata de un espacio de intercambio empresarial, social, cultural y profesional que como si se tratara de un viaje conduce a través de diferentes culturas por medio de sabores y recetas. El piñón araucano nuevamente es el protagonista de las creaciones y sus usos y combinaciones son mostrados por Dolli Irigoyen y Christophe Krywonis entre cocineros de montaña donde se destacan especialistas chilenos.

En esta edición Villa Pehuenia incorpora el concepto de gastronomía sostenible que cuida recursos esenciales y asume la responsabilidad por los impactos futuros.