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Buenos Aires, inagotable: planes para seguir caminando la ciudad

Arte, gastronomía y paseos al aire libre son algunas de las propuestas que la convierten en un destino único en todo el país.

Buenos Aires es una lista de cosas para hacer que no tiene punto final. Con cada chasquido de dedos esta ciudad abre un nuevo bar, transforma un espacio abandonado en un comedor hippie chic y pone fecha a algún evento con música en vivo y foodtrucks.

Cualquier intento por limitar sus opciones es un esfuerzo en vano, porque siempre habrá algún lugar para descubrir a la vuelta de la esquina. Sin embargo, existen algunas experiencias que valen la pena y que sólo se pueden disfrutar en una de las ciudades más cosmopolitas del mundo.

Los amantes de la gastronomía deben saber que en Buenos Aires tienen sede los restaurantes de los chefs argentinos que saltaron a la escena mundial. Para aquellos que disfruten de platos frescos y de ingredientes de estación, una buena opción es visitar Narda Comedor, el restaurante de Narda Lepes en Belgrano. Este espacio fue elegido como uno de los 50 mejores de América latina y cuenta con platos gloriosos como el pan de pita con carne de cordero desmenuzada.

Para aquellos que prefieran los pescados y las comidas peruanas como el cebiche, una excelente alternativa es visitar Tanta, el espacio de Gastón Acurio. Bajo la premisa de llevar a la mesa cocina casera, el chef peruano llena la carta de platos abundantes, fusionados con sabores internacionales.

Más allá de estas opciones hay otras igualmente deliciosas y adaptadas a todos los bolsillos. Se puede comer unas pizzas en Las Cuartetas o La Mezzetta, unas tapas españolas en Sagardi (San Telmo) o un abundante brunch en Anafe (Colegiales).

Arte en su máxima expresión

Buenos Aires es miles de ciudades en una sola. París tiene su pequeño homenaje en el “codo aristocrático”, es decir, la calle Arroyo entre Juncal y Pellegrini.

En esas tres cuadras, el visitante podrá encontrar galerías de arte, bares como Florería Atlántico y hasta comedores como Farinelli. Dos paradas obligadas son: 30cuarenta, una juguetería para adultos, y Ungallery, un espacio que exhibe obras de artistas contemporáneos.

A 17 cuadras de ese lugar está uno de los museos más importantes e imponentes de la ciudad: el Museo Nacional de Bellas Artes. La distancia se puede recorrer caminando y de paso transitar las veredas de calles coquetas como la avenida Alvear o la avenida Del Libertador. La zona es muy tranquila y segura, con vecinos que salen a pasear sus perros enfundados en montgomerys o en sacos de piel artificial.

 
 
 

 2019 a las 4:59 PDT

El Bellas Artes tiene una colección completísima en la que se pueden encontrar firmas como la de Claude Monet y la de Vincent Van Gogh. Además, cuenta con una tienda de objetos de diseño tentadora y una arquitectura privilegiada.

Como si eso fuera poco, a partir del 21 de agosto –y hasta el 17 de noviembre– la muestra “Julio Le Parc. Transición Buenos Aires-París (1955-1959)” ocupará las salas centrales con más de un centenar de obras del artista argentino.

A 30 cuadras de ese lugar, el Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires (Malba) es otra parada obligatoria. Hasta el 27 de octubre habrá que armarse de paciencia para poder visitar una de sus muestras más convocantes: “Liminal” de Leandro Erlich, uno de los artistas jóvenes más importantes de Argentina.

Paseos al aire libre

Aquellos que visiten la ciudad en primavera podrán verla en su mayor expresión. Si bien los parques de Buenos Aires siempre están verdes, en esa época se llenan de flores y aún más de gente que aprovecha para adueñarse de ellos.

Una buena opción es visitar el Rosedal de Palermo, donde se podrá andar en bici, tomar unos mates sobre el césped y hasta merendar con vistas a uno de los lagos de Palermo.

A los que les guste la vida nocturna o la gastronomía pueden aprovechar los arcos del Rosedal para tomar una cerveza fresca en Avant Garden o disfrutar de un brunch en Möoi Restaurant.

Otra de las opciones para estar al aire libre es la Reserva Ecológica, un espacio detrás de Puerto Madero con 360 hectáreas de verde y especies autóctonas. En el lugar, el visitante podrá hacer caminatas en los senderos o participar de algunas de las actividades gratuitas de las que dispone la ciudad, como el avistaje de aves o las visitas nocturnas.

A Buenos Aires no se puede ir sin pensar en volver. Cuando el avión despega en medio de la ciudad, siempre queda la sensación de que hay algo por ver, algún sabor por probar y algunas veredas que patear.