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Bosques y pueblos de cuento en el circuito del Paralelo 42

La comarca situada junto a los Andes, entre el sur de Río Negro y el norte de Chubut, invita a un viaje soñado en el que conviven las últimas nieves del invierno con las primeras flores.

¿Cómo describir una región que parece salida de un cuento de hadas, aquellos imaginados por los hermanos Grimm en los bosques de la otra punta del mundo? El Circuito del Paralelo 42, allí donde se tocan Río Negro y Chubut, se le parece mucho. Aunque no hay hadas ni ogros, sino forestas de alerces y temerosos huemules que dibujan el corazón de una naturaleza majestuosa. Esta región de invisibles duendes es bella todo el año; pero la primavera trae el encanto del renacer de la vida y el estallido de las flores en los faldeos montañosos en torno a El Bolsón, El Hoyo, Lago Puelo o Epuyén.

DATOS. Información útil para descubrir el circuito del Paralelo 42.

Artesanías, chacras y lagos

Del lado rionegrino de la comarca, El Bolsón concentra la mayor cantidad de población y movimiento comercial, con un aura de bohemia que no desaparece a pesar de los años pasados desde el auge de las comunidades hippies que le empezaron a hacer un lugar en el mapa turístico. El área urbana se levanta a la sombra del cerro Piltriquitrón y junto al río Quemquentreu, con el movimiento concentrado en torno a la plaza Pagano, donde se organiza la Feria Regional de Artesanos. En temporada de verano hay visitas peatonales gratuitas para acercarse a la historia y las anécdotas de la ciudad, que en estos días se prepara para una de sus principales fiestas: el Oktoberfest o Fiesta de la Cerveza, uno de los productos más típicos de la comarca por la concentración de plantaciones de lúpulo. Aparecen luego muchas más en el calendario regional que parte de aquí y conecta a las localidades vecinas: desde el El Bolsón Jazz Festival a la Fiesta de los Artesanos, la Fiesta del Lúpulo y la Fiesta de la Fruta Fina.

Apenas 12 kilómetros al sur de El Bolsón, El Hoyo es un valle encantado rodeado por el cerro Piltriquitrón, el Currumahuida y el macizo Pirque, entre bosques andino patagónicos conformados por cirpresas, coihues, ñires, lengas y radales. Desde aquí parten las caminatas hacia la cascada La Catarata y los paseos hacia el balneario Puerto Patriada, a orillas del lago Epuyén. Lo más lindo es recorrer las zonas rurales de los alrededores, donde varios establecimientos abren sus puertas a los visitantes brindando la calidez de la región patagónica. Es el caso de Chacra Huelquén, una casa de campo y cabañas en un paraje a 10 kilómetros de Epuyén, entre arroyos, lagunas y ríos. Por aquí en La Rinconada está también el Antiguo Molino Harinero, donde se elabora harina artesanalmente con el trigo cosechado en la zona, mientras que el Circuito La Rinconada propone acercarse a las familias de origen mapuche más abiertas a los visitantes. Hay asimismo varios paseos y caminatas que recorren los alrededores del lago Epuyén, cuyas aguas cristalinas invitan todo al año a diversas actividades náuticas. Y el cerro Epuyén es el lugar favorito de los fanáticos de los cóndores para intentar el avistaje de estas majestuosas aves andinas.

Un paraíso del “trekking”

Lago Puelo es una de las capitales de la producción de fruta fina típica de la región: cerezas, frutillas y frambuesas se comen frescas en verano y en conservas todo el año (también son el recuerdo más típico en la forma de mermeladas artesanales). Pero para los viajeros es, especialmente –junto con El Bolsón–, la puerta de entrada al Parque Nacional Lago Puelo. Se trata de uno de los favoritos de los amantes del trekking, por su variedad de senderos además de la belleza paisajística: desde la zona del muelle salen algunos recorridos de corta duración, como el de Pitranto Grande, el Mirador del Lago o el Bosque de las Sombras; otros son más largos y exigentes, como los que van a Los Hitos, el sector Río Turbio o el Arroyo Derrumbe. Y aunque sólo los más expertos se animan a senderos como el del Glaciar y el cerro Aguja Sur, o al lago Esperanza (porque son tres días de trekking), el resultado vale la pena. Por otra parte, el Parque Nacional es uno de los que vincula la Huella Andina, el sendero de recorrido más largo del país, que a lo largo de cientos de kilómetros conecta todas las provincias patagónicas y las áreas protegidas cordilleranas, como el Parque Nacional Los Alerces, recientemente declarado Patrimonio Mundial por la Unesco.