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Bañado La Estrella, un arca de Noé argentina

Es la parte visible de un inmenso humedal en el centro de Formosa. Con árboles cubiertos por enredaderas; biguás, garzas y yacarés, es uno de los mejores lugares para volver con fotos de naturaleza.

Por lo general, la naturaleza no necesita del hombre para lucirse. Sin embargo, un empujoncito no le viene mal, como ocurrió en el Bañado La Estrella, la mayor atracción de ecoturismo de la provincia de Formosa.

Se trata de uno de los mayores humedales de América Latina: el segundo para la Argentina y el tercero a nivel continental, detrás del Pantanal de Brasil e Iberá en Corrientes. Sobre varios cientos de miles de hectáreas en el centro y el norte de la provincia, se forma con los desbordes del Pilcomayo, cuando vierte agua sobre una llanura surcada por lagunitas y pequeños ríos que se escurren lentamente en dirección a la cuenca del Paraguay.

En medio del monte semiárido y eternamente caluroso del Gran Chaco, tanta agua es una bendición para las plantas y los animales.

Gracias a la ruta

Turísticamente, La Estrella designa el único punto de acceso en auto para ver el bañado. Desde Las Lomitas, una pequeña localidad en el centro de la provincia, se llega hasta los pantanos por la RP 28. El terraplén de la ruta cortó el lento flujo del agua y creó una represa cuyo nivel se regula con compuertas. Es la única zona del bañado que siempre tiene agua en abundancia, inclusive en los períodos de mayor sequía.

A pesar de los intentos de promoción, el turismo no ha llegado realmente todavía a esta zona del país. Únicamente los fines de semana se ven algunos autos estacionados sobre la banquina de la ruta: son vecinos de Las Lomitas en plan de paseo familiar, o pescadores que vienen a probar suerte.

El Pilcomayo y el Bermejo enmarcan la provincia de Formosa. Traen aguas desde la precordillera a un ritmo muy dispar a lo largo del año. Pueden ser tan caudalosos como para modificar sus cursos y luego tan débiles que las vacas y los caballos los cruzan caminando. Cuando desborda, el Pilcomayo inunda la llanura del bañado y propicia el inicio de ciclo natural que llega a su paroxismo en noviembre y diciembre, al principio de la temporada más calurosa del año.

DATOS. Información útil para una escapada a Bañado La Estrella.

El bestiario del Gran Chaco

Gracias a la ruta se puede cruzar el bañado en todo su ancho (unas decenas de kilómetros) en dirección a la frontera paraguaya. Hacia la izquierda, la acumulación de agua ha sumergido un bosque seco, cuyos árboles se transformaron en apostaderos para bandadas de cientos de biguás. Al atardecer, las ramas negras de esta fantasmagórica selva trazan un espectáculo de sombras chinescas sobre el cielo al rojo vivo: es la postal más conocida de La Estrella. El fin de la tarde es también el momento más indicado para visitarlo, cuando la temperatura cede un poco, aunque para las fotos es recomendable ir en momentos de mayor luz.

Las imágenes, sin embargo, no llegan a dar cuenta de la cantidad de aves que hay de un lado y otro de la ruta: todo el bestiario del Gran Chaco parece estar concentrado allí mismo. Además del biguá, se ven varias especies de garzas y patos, martín pescadores, espátulas rosadas y el muy llamativo jabirú, la mayor cigüeña americana.

El arca de Noé no se limita a esa fauna de pluma: también hay yacarés, serpientes y carpinchos. Lejos de la ruta, el Bañado la Estrella es prácticamente impenetrable. Algunos guías de la provincia organizan salidas en kayak para llegar hasta zonas que son el hábitat habitual de las nutrias y de los grandes mamíferos del ecosistema, como el aguará-guazú, el tapir, el ocelote, el pecarí, el ciervo de los pantanos y el oso hormiguero.