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Antiguas minas, parapente y 4x4

Parapentes en el cielo riojano. De octubre a marzo, las corrientes de aire cálido permiten volar más tiempo y recorrer mayores distancias.
Parapentes en el cielo riojano. De octubre a marzo, las corrientes de aire cálido permiten volar más tiempo y recorrer mayores distancias.

Si bien el parapente es una actividad que se puede realizar durante todo el año, quienes se animen a participar contarán entre octubre y marzo con todas las oportunidades para alcanzar alturas más interesantes y mayores distancias.

Si bien el parapente es una actividad que se puede realizar durante todo el año, quienes se animen a participar contarán entre octubre y marzo con todas las oportunidades para alcanzar alturas más interesantes y mayores distancias.

Es que en esos meses se multiplican las posibilidades de lograr cumplir el sueño de volar en La Rioja gracias a las térmicas, que son las corrientes de aire cálido que permiten mantener el parapente suspendido en el aire por mucho tiempo.

Por las condiciones geo-climáticas, la provincia es uno de los mejores lugares del país para la práctica de parapente y aladelta.

En La Rioja hay dos pistas de vuelo para hacer realidad el anhelo de imitar el arte de los pájaros, donde además se pueden contratar instructores y guías especializados en “vuelos de bautismo” para los principiantes. Una de las pistas es la Puerta de la Quebrada, a siete kilómetros de la ciudad provincial, y cuenta con el morro del cerro La Cruz como rampa natural de despegue.

El otro punto se ubica en la ciudad de Famatina, a 200 kilómetros, en el cerro Cuesta Vieja. Aquí, la rampa de despegue está a 1.550 metros sobre el nivel del mar y como está orientada en dirección este, facilita las salidas matutinas, volar más alto y más lejos en un radio de 10 kilómetros cuadrados. Además, la escasa vegetación permite aterrizar en cualquier parte del valles de Antinaco y de Famatina.

Cuesta Vieja, no solo reúne todas las condiciones orográficas, aerológicas y meteorológicas ideales, sino que también tiene un buen camino que desde el aterrizaje al despegue está asfaltado casi en su totalidad.

Otra ventaja es la espectacularidad de sus vistas, ya que se puede sobrevolar de punta a punta el cordón El Paimán, ubicado entre las Sierras de Velasco de un lado, y el cordón de Famatina del otro.

Una postal del pasado. La Rioja tiene además distintas variantes para una aventura agreste que combina historia con naturaleza. Luego de Chilecito, a 33 kilómetros al sur de Famatina, se puede visitar el famoso cable carril La Mejicana.

Con nueve estaciones enclavadas en lo alto de la montaña, el cable carril se esparce por un recorrido de 35 kilómetros que impresiona de tan sólo imaginarlo.

Desde Chilecito, a 1.075 metros sobre el nivel del mar, hasta la Estación 9, a 4.603 metros, el paseo permite disfrutar de una privilegiada vista de los cerros precordilleranos.

Hasta 1930 se transportaban unas 400 toneladas diarias de oro y plata que brotaban sin límite del cordón del Famatina, de 6.250 metros sobre el nivel del mar, hasta la estación del ferrocarril, en las afueras de la ciudad de Chilecito. La mina de oro se explotó con algunos vaivenes y cambios de concesión hasta 1950 y, luego de 20 años de abandono, se la declaró Monumento Histórico Nacional en 1982.

En la actualidad, el magnífico paisaje que surca y la mina abandonada se han convertido en un particular destino turístico. Por estos días, el cable carril está en desuso y sus estaciones aún en pie son de difícil acceso. De todos modos, se ofrecen excursiones que salen desde Chilecito o desde el vecino pueblo de Famatina para seguir el tendido del cable, a pie, a caballo, en moto y en vehículos 4x4.

Cuatro opciones

Hay cuatro alternativas para conocer la mina. Una de ellas es en 4x4 con un guía y visita las estaciones 2 y 3, Guanchín y los circuitos de Sañogasta y Chilecito. Del mismo modo, se ofrece la posibilidad de recorrer la zona en bicicletas. Desde Chilecito, se sube en camioneta por la Cuesta de Piqué hasta la parte alta y se desciende en bicicletas.

En el primer tramo se observan petroglifos y un punto de observación del Camino del Inca. Otra de las ofertas es ascender en camioneta hasta la Estación 3 para luego hacer un trekking de dos horas y media hasta un mirador. Desde allí, se continúa a la mina de oro en camioneta y luego se pernocta en el refugio emplazado en las viejas instalaciones recicladas del yacimiento minero.

Finalmente, otra alternativa es ascender en camioneta hasta la Estación 3 y 4 donde se pasa la noche y al otro día seguir hasta la Estación 5. Es opcional pernoctar una segunda noche en la Estación 6 llamada Estación Cielito.

Tarifa. La excursión más completa cuesta $ 350 en base a cuatro personas. Estas actividades se realizan durante todo el año.

Laguna Brava. La reserva natural Laguna Brava abarca 5.000 hectáreas y se encuentra entre volcanes de nieves eternas a 4.200 metros. La laguna que alberga la reserva tiene una superficie de 17 kilómetros de largo por cuatro de ancho.

Está a 450 kilómetros al oeste de la ciudad de La Rioja, en el departamento Vinchina y en 1980 se la declaró reserva natural para preservar a las comunidades de vicuñas y guanacos.

Allí, donde el suelo argentino se fusiona con Chile, disfrutan del gran valle además un centenar de flamencos rosados, que contrastan con la laguna ovalada azul zafiro y desafían al viento gélido a pesar de haber dejado atrás el invierno.

La ruta provincial 26 norte conduce al paso internacional Pircas Negras, y el camino ya es una atracción.

Alto Jagüel es un caserío con casas de adobe que despide a los viajantes antes del ingreso a la cordillera. El Destacamento de Guardafaunas toma registro de los visitantes y un baqueano guía en la travesía.

Un clásico imperdible. El Parque Nacional Talampaya, postal riojana por excelencia es una vasta región desértica.

Cualquiera de los circuitos tradicionales que se ofrecen, insumen un día completo y se hacen con guías y guardaparques.

Para conocer al Gran Cañón, la gigante muralla de 130 metros, la Chimenea y Los Reyes Magos, la firma concesionaria Rolling Travel ofrece diversas opciones, desde un paseo en bicicleta hasta un safari aventura en un overland 4x4. Una alternativa ideal para el verano y a fin de escapar del ardor del desierto es hacer el recorrido en noche de luna llena en una excursión que dura casi tres horas. Otro circuito de trekking lo ofrece la Quebrada de Don Eduardo. Recorrer la árida geografía por el cauce del río seco, hasta ingresar a la quebrada, es una memorable aventura.

La Asociación Civil de Guías Talampaya propone realizar esta actividad con un costo de $ 80, por persona.

La Cooperativa Talampaya ofrece excursiones a Ciudad Perdida desde $ 90 a $ 220, según los grupos.