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48 horas en Santa Fe

La ciudad tiene una rica historia, que se conoce a través de los paseos “El camino de la constitución” y “Manzana jesuítica: el paso del Papa Francisco”. Paisajes litoraleños y gastronomía tradicional.

La ciudad de Santa Fe es un destino que combina río y naturaleza con historia y cultura. Ideal para una escapada en cualquier época del año. Opciones para recorrerla en 48 horas:

Día 1: historia y turismo religioso

Santa Fe de la Vera Cruz es reconocida por ser la Cuna de la Constitución, ya que en el Cabildo de la ciudad –demolido en 1906- se sancionó la Carta Magna el 1º de mayo de 1853. “El camino de la constitución” es un recorrido museológico que integra 18 sitios y edificios de valor simbólico y arquitectónico, que permiten reconstruir las huellas de nuestra tradición constitucionalista en la trama urbana de la ciudad.

A medida que avanzamos en el paseo, descubrimos los espacios y lugares que fueron escenarios de las reuniones trascendentales del país. La plaza 25 de Mayo, la casa del brigadier Estanislao López, la casa de los Diez de Andino, el Museo Histórico Provincial, la legislatura, la casa de Manuel Leiva, la catedral y el Teatro Municipal 1º de Mayo forman parte del recorrido. Pero, sin lugar a dudas, el convento y museo de San Francisco es el lugar que moviliza los sentimientos, especialmente la Sala de los constituyentes. Allí se recrean en tamaño natural los diputados que participaron del Congreso de 1853; obra que a quienes nacimos en esa provincia nos enorgullece apreciar cada vez que podemos.

Para cerrar el capítulo histórico, recomendamos el Parque de la Constitución. Sus 17 hectáreas conforman un lugar privilegiado en el área fundacional, vinculado al paisaje isleño.

El turismo religioso también tiene peso, especialmente desde la asunción de Jorge Bergoglio como Papa, ya que dejó su marca en este lugar. El circuito “Manzana jesuítica: el paso del Papa Francisco por la ciudad de Santa Fe” permite revivir su estancia entre 1964 y 1965. El circuito recupera la historia del colegio Inmaculada Concepción, una de las instituciones más antiguas de la ciudad, que albergó a Bergoglio durante su formación como párroco y maestrillo. También integran el circuito el colegio, el Museo Jesuita y la iglesia Nuestra Señora de los Milagros; edificios construidos en el siglo XVII.

DATOS. Información útil de Santa Fe.

Día 2: disfrutar de la naturaleza

Con el Paraná de fondo, la costa santafesina es el lugar ideal para tomar contacto con la naturaleza. Una linda experiencia consiste en dar un paseo fluvial, escuchando los relatos de lugareños mientras los ojos disfrutan del imponente espejo de agua. También es posible subirse al catamarán para conocer la zona de islas aledañas a la ciudad o realizar el cruce a la vecina capital entrerriana. En ambos paseos se despliega la belleza de nuestro Litoral.

Cabalgatas, safaris fotográficos, práctica de tirolesa o, simplemente el relax en sus parques y reservas naturales, son otras alternativas de la zona costera de Santa Fe.

Para quienes tenemos niños pequeños, el Parque del Sur y el Parque Garay resultan excelentes opciones para estar en contacto con la naturaleza, pasear en botes, disfrutar de pistas de skates y juegos infantiles y, si la visita es en verano, aprovechar las piletas.

Pescados, cervezas y alfajores

La gastronomía es un capítulo particular. Si bien la oferta resulta amplia, la especialidad es el pescado de río en sus distintas variedades: asado, frito, en empanadas y lo más tradicional, el “chupín”. Esta última opción se prepara en base a papas cortadas en rodajas, dispuestas en una olla.

La bebida típica es la cerveza. Una alternativa consiste en disfrutarla en el Patio Cervecero, que posee una capacidad para 800 personas. Se caracteriza por servir los tradicionales lisos, extraídos directamente de los tanques de la planta, donde la cerveza espera para ser envasada a dos grados bajo cero. El toque dulce lo da el alfajor santafesino: dos galletas de masa tostada rellenas con dulce de leche y bañadas en glacé de azúcar.

El túnel subfluvial

La obra de ingeniería más importante es el túnel subfluvial Raúl Uranga-Carlos Sylvestre Begnis. Desde 1969, conecta Santa Fe con Paraná y es un paseo obligado. Una visita guiada por sus instalaciones permite conocer los secretos de su construcción, su historia, su presente y proyección a futuro.

La obra es única en su tipo dentro de América latina, un enlace clave para la integración regional, económica y social.