Del valle de Traslasierra al de Calamuchita

El camino regala bellísimas postales de Córdoba, poniendo a prueba el cuerpo en medio de un contexto natural único.

Entre las montañas más altas de la provincia de Córdoba se erigen los valles de Traslasierra y Calamuchita, ambos compuestos por pintorescos pueblos y ciudades, dueños de una belleza privilegiada. Por ruta la conexión entre ellos implica recorrer cientos de kilómetros, sin embargo, otra alternativa permite conectarlos caminando, siendo necesario atravesar la magnífica área de la Pampa de Achala, una altiplanicie extendida entre los 1.900 y 2.300 metros de altitud en el cordón de las Sierras Grandes, en sus 146 mil hectáreas se encuentran los dos cerros más altos de la provincia, el Champaquí (2.790 metros sobre el nivel del mar) al sur y Los Gigantes (2.374 metros sobre el nivel del mar) al norte, a su vez esta área envuelve las 36.700 hectáreas del Parque Nacional Quebrada del Condorito.

Este camino de 35 kilómetros propone recorrer el corazón de ambos valles, prometiendo una experiencia colmada de naturaleza y aventura.

La travesía comienza en la localidad de Los Hornillos, ubicada en la parte más alta del valle de Traslasierra. Desde allí, se debe comenzar el ascenso a la cima del cerro La Ventana (2.340 metros sobre el nivel del mar). Por un sendero bien marcado se comienza a tomar altura, abriéndose paso entre quebradas, arroyos y un sin número de balcones con vistas maravillosas del valle, con el dique La Viña como protagonista, mientras distintas hierbas perfuman el paso.

Después de recorrer ocho kilómetros y a una elevación aproximada de 1.800 metros sobre el nivel del mar, comienza a asomarse el bosque de Tabaquillos, un árbol autóctono de Córdoba que sólo crece en altura. Su corteza escamada desprende finas láminas rojizas, que se mezclan con un color canela muy particular. En este entorno se encuentra un refugio homónimo, un pequeño lugar donde pasar la noche. No obstante, dada su capacidad limitada, otra opción atractiva es acampar en medio del bosque, conectándote directamente con la naturaleza. Los árboles abrazan y protegen con sus hojas, mientras un atardecer precioso brinda un cautivante espectáculo, teñido de diversos tonos rosados. Al caer la noche, el cielo gigante se llena de estrellas, convirtiéndose la luna en un farol gigante que ilumina la montaña por completo.

Dia dos: Pampa de Achala

Al amanecer se debe continuar la marcha hacia la cima del cerro, este último tramo es el más exigido del recorrido, siendo dos kilómetros de pendiente muy pronunciada. Sin embargo, al llegar a la cumbre, todo el cansancio desaparece, ya que, desde la increíble ventana natural, las vistas son alucinantes, logrando distinguirse cada rincón del vasto valle de Traslasierra.

Pampa de Achala. El sendero en la agreste y solitaria Pampa de Achala comienza a esfumarse. (Gentileza: Romina Musso)

Dejando atrás el cerro, la marcha continua en dirección hacia la desolada y agreste Pampa de Achala, entre piedras y pastizales el sendero comienza a esfumarse. Caminar esa inmensidad produce un sinfín de sensaciones y emociones, volviéndose cautivante la conexión con tan hermoso escenario natural único en la provincia. Después de dos horas de caminata, un pequeño puesto llamado El Nicho, un añejado árbol y en arroyo de aguas cristalinas comienzan a distinguirse, convirtiéndose en el escenario perfecto para detener la marcha y realizar un pequeño descanso reparador.

El camino deja de ser llano, presentando algunos cañadones abruptos y difíciles de transitar. Al no haber sendero marcado se deben cruzar con cuidado, luego, el camino vuelve a ser tranquilo. Desde el cielo, en completo silencio, el monarca de la región, un gran cóndor, decide acompañar el recorrido y vigilar el andar con su vuelo, brindando la energía necesaria para continuar la aventura.

Cerro La Ventana. Desde la increíble ventana natural en la cima del cerro las vistas del valle de Traslasierra son increíbles.
(Gentileza: Romina Musso) — Cerro La Ventana. Desde la increíble ventana natural en la cima del cerro las vistas del valle de Traslasierra son increíbles. (Gentileza: Romina Musso)

Desde lejos y en altura, comienzan a distinguirse extensos pinares acompañados de un puñado de caseríos, dando cuenta la proximidad al valle de Calamuchita. Tras recorrer algunos metros, al pie de un escenario majestuoso, entre amarillos pastizales y verdes praderas, empieza a visualizarse el puesto Juvencio, lugar ideal para pasar la noche. Bajo la copa de un gran árbol y al costado de un arroyo de aguas frescas, la luna vuelve a iluminar la inmensa noche.

Día tres: llegada a La Cumbrecita

Al amanecer el lugar cobra mayor hermosura, algunos animales pastorean, mientras otros juegan iluminados por el sol. Luego de disfrutar un café caliente, es momento de continuar la marcha hacia el punto final de la increíble travesía: la encantadora localidad de La Cumbrecita.

En los últimos cinco kilómetros el cambio de vegetación se vuelve protagonista, extensos pinares aferrados a las altas montañas dejan atrás a los pastizales y bosquecillos de la pampa. Bosques, quebradas, un río de aguas frescas y arroyos que saltan entre grandes piedras conforman el entorno de este bellísimo pueblo peatonal.

Datos útiles

Más información. Para realizar esta travesía, la mejor opción es iniciarla en la localidad de Los Hornillos y finalizar en La Cumbrecita. El sendero está bien marcado hasta llegar a la cima del cerro La Ventana, luego comienza a esfumarse, por lo cual es necesario tener descargada la aplicación Wikiloc, en esta esta app se pueden almacenar, compartir y consultar rutas al aire libre georreferenciales, sin necesidad de tener conexión a Internet.